Capítulo I

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¿Estaba despierta? ¿Era consciente? ¿Estaba viva? Veía sombras y una luz blanca que la cegaba. "¿Es esta la muerte?" pensaba. "No puedo morir, tan sólo bebí unas copas". Entonces adquirió la conciencia de un detalle. Si recordaba qué había hecho, aún no había terminado el día. Claro que no veía cómo eso podía servirle ahora. Pero las sombras se difuminaron de la nada, y regresó la nebulosa, que más rápidamente le robó su conciencia.

Lo siguiente que trajo a Aurora a la realidad no fueron sombras sino voces. Susurros que invadían su mente y venían de todas partes. Pensó que había enloquecido. Pero poco a poco abrió sus ojos y borró ese pensamiento. Las sombras hablaban, podía oír sus conversaciones. Una de ellas se percató de que había despertado y se dirigió a ella.

-No te muevas y no te haré daño. –Le dijo. No podía moverse por más que quisiera, apenas si era capaz de ver y oír. La sombra, ya más distinguible, tenía algo en su mano. Cuando sintió un pequeño dolor dedujo que era una aguja. Luego, oscuridad.

"Si es una broma ya pierde el chiste". Ahora lo que veía al despertar era un hilo de luz que se colaba por la ventana y daba a sus pies. Estaban cubiertos por una sábana blanca demasiado perfecta. No oía a nadie, pero indudablemente podría hacerlo, ya que escuchaba los ruidos de afuera. Supuso que si no había nadie allí no habría motivo para perder nuevamente la conciencia, cosa que ya estaba siendo bastante molesta. Con sus manos intentó tocar la cama en la que yacía, sólo para comprobar que podía hacerlo. No tuvo problema pero un detalle la aterró. Estaba atada a esa cama. Si por un momento pensó que estaba en un hospital por su pequeño exceso de alcohol ahora esa idea quedaba completamente descartada. No sabía dónde estaba, pero no estaba allí por borracha.

La pared que estaba frente a ella se volvió blanco brillante, y comenzaron a aparecer imágenes en ella.

"Hola Aurora White. Nos alegra que hayas despertado"

-¿Dónde estoy? –Gritó. Si pudieron saber que había despertado tal vez puedan oírla. En efecto, la diapositiva cambió.

"Estás en el hospital. Estamos haciéndote un pequeño análisis de tu mente"

-¿Mi mente? –Pensó en voz alta.

"Sí. Tu mente. Ahora irá un enfermero para explicarte mejor" Inmediatamente la pared se volvió negra. Aunque por poco tiempo, ya que inmediatamente apareció un hombre vestido de blanco que encendió la luz.

En efecto, estaba atada a la cama. Intentó preguntar, pero el hombre le hizo un gesto de silencio. Soltó las correas y Aurora pudo estirarse.

-¿Estás cansada? –Ante su negativa, continuó. –Entonces acompáñame.

-¿Qué hora es? –Preguntó. Era extraño, todavía podía recordar qué había sucedido.

-Son las 6 de la mañana.

No había estado mucho tiempo inconsciente entonces. Eso explicaba que todavía recuerde qué sucedió. Siguió al extraño hombre por unos pasillos bastante oscuros hasta que llegaron a una puerta de vidrio. No se observaba nada desde el lado de afuera. Golpeó y cuando se giró su acompañante había desaparecido. Ingresó a la oficina cuando le indicaron. Era un ambiente completamente de vidrio que daba a una especie de campo de deportes enorme. No estaba segura cuál era el más grande que habría visto, pero de seguro lo superaba. Una mujer alta y delgada observaba cómo una muchacha se ejercitaba, y cuando Aurora se le acercó, la miró fijamente.

-Buen día Aurora. Deberías cambiarte.

Apenas se había despertado y no tenía idea de su ubicación exacta. No entendía qué hacía allí, quiénes eran las personas que le hablaban, qué era ese lugar, y mucho menos por qué debería cambiarse. Sobre todo que no tenía ropa para hacerlo.

-Hoy comienza tu entrenamiento. La ropa está en el cuarto que te será asignado. –Continuó la mujer al no obtener una respuesta.

-Pero yo no quiero ningún entrenamiento. No sé dónde estoy, quién es usted, ni siquiera por qué debería hacerlo. –Finalmente habló.

-Chloe te llevará a tu dormitorio. Sólo usa la ropa que está en tu cama y regresa con ella. Yo estaré esperándote.

Inmediatamente una chica que apareció de repente se la llevó. Al principio fue un poco brusca, pero cuando vio que Aurora no oponía resistencia disminuyó su fuerza.

-No creo que me contestes algo, ¿verdad? –Preguntó Aurora.

-Tal vez pueda hacerlo.

-No sé qué hago aquí, quiénes son estas personas, por qué debo comenzar un entrenamiento, por qué estuve inconsciente y por qué de repente tengo un cuarto en este lugar.

Chloe continuó caminando en silencio por unos segundos. –Tienes razón. No voy a contestar eso. –Le dijo, para continuar callada durante todo el trayecto.

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Hola lectorxs bellxs!! Aquí el primer capítulo de Aurora White. Espero que les guste, y no olviden votar y comentar qué les parece. En unas horas subo el siguiente =) 

Aurora WhiteWhere stories live. Discover now