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PLAN DE CONTIGENCIA PT1

Jimin miraba con curiosidad las reacciones del mayor frente a sus caricias y no podía evitar sonreír como un idiota sin remedio. Definitivamente iba a morir si Yoongi seguía actuando como un gatito adorable. Con delicadeza acercó su rostro al oído del mayor y preparó su voz más tierna. Hoseok, quien estaba frente al mayor, lo miró con ojos curiosos, mas no dijo nada y siguió molestando a su mejor amigo. Yoongi, por su parte, notó el movimiento del menor e inconscientemente, tragó saliva. Que Jimin estuviera así de cerca lo ponía extremadamente nervioso, sin embargo, hizo todo lo posible para que no fuera evidente.

--Yoongi – Jimin estaba susurrando directamente en su oído. Yoongi giró un poco su cabeza para poder mirar al menor y hacerle notar que lo escuchaba – sabes, tengo una idea maravillosa, el mejor plan de la vida, pero, como ambos somos los comandantes de la investigación, creo que deberíamos discutirlo antes.

Jimin sabía cómo conseguir lo que quería, y para ello debía efectuar distintos métodos de persuasión según la persona a la cual quería manipular. Con su padre debía hablar sobre su ex esposa, ya que ese tema lo ponía lo suficientemente nervioso como para querer evitarlo.

Con Taehyung debía hacerle creer que estaba de acuerdo con todo lo que decía, para luego imponerse sobre él, aunque últimamente no necesitaba hacerlo.

Con Seokjin debía alabar la ropa que usaba y distraerlo.

Jungkook era una excepción a la regla, ya que el menor era lo suficientemente hábil como para comprender que intentaba manipularlo y frustraba todos sus planes.

En caso de Min Yoongi, era un poco complejo manipularlo, pero no imposible.

Jimin no conocía los imposibles.

Con el tiempo que llevaba de conocerle, podía enumerar más de la mitad de las cosas que Yoongi odiaba y amaba, sus mañas y hábitos extraños, y su obsesiva necesidad de hacer las cosas y terminarlas. Jimin era muy buen observador, y como tal, pudo notar cierto complejo del mayor.

Adoraba que lo consideraran para tomar decisiones. Más aún si se lo pedías con voz suave.

Como también adoraba que Jimin fuera gruñón y terco, y que hiciera pucheros constantes.

Para el menor, Min Yoongi se encontraba en su bolsillo, y se jactaría de ello hasta el día en que muriese. Incluso sabiendo el poder que tenía sobre el mayor, nunca le pasó por la cabeza confundir sus sentimientos. Jimin no era una persona mala, manipulaba cuando necesitaba que las cosas tomarán el rumbo que él delimitaba, pero nunca para buscar su beneficio propio.

Porque Jimin era una persona buena.

Yoongi, en tanto, sabía que Jimin era un maestro de la manipulación, por lo que no lograba ser engañado por él. Y en ese momento lo supo, por la voz; como si fuera un niño pequeño, inocente y de buenos sentimientos. Yoongi sonrió divertido.

Lo era, sí, pero Yoongi veía a Jimin como algo más que eso.

Algo que él no quería reconocer, no aún.

Usualmente, y sin proponérselo, se dejaba vencer por el menor, solo por el gusto de verlo sonreír y que sus ojitos se perdieran de su rostro. Era su más grande placer culpable, ya que la felicidad de Jimin terminaba siendo la suya, y así con todas las demás emociones que este pudiera sentir. Por eso verlo tan dolido con él le había destrozado el corazón.

Dejó que las palabras de Jimin se colarán por sus oídos y se vio tontamente aturdido.

--¿Qué planeas? – Yoongi sonrió divertido al ver la expresión del menor; una de pura confusión.

Convulsión (YoonMin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora