Capitulo 2

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– ¿Qué te dijo papá? –Le preguntó Christian al ver que Elliot entraba a su oficina dando un fuerte portazo.

Me dio un sermón como no tienes idea. –La carcajada por parte de Christian no se hizo esperar.

Todo por culpa de esa dichosa abogada.

–No le eches la culpa a ella, fue culpa de la Gia esa, no supo mantener el secreto de su aventura.

–De igual manera, ya esa tal Anastasia... –Dejó la oración incompleta adrede.

– ¿O sea que no quieres hacer la apuesta?

– ¿Qué? Obvio sí. Ya ves que tiene una imagen de media santa, y esas son...

– ¿Las mejores en la cama? –Le interrumpió, adivinando lo que diría.

–Por supuesto. –Una sonrisa algo cínica se apoderó del rostro de ambos.

***

– ¿Cómo te fue en tu primer día de trabajo?

–Bien. –Dijo Anastasia a la vez que dejaba su maletín en el sofá, se quitaba la chaqueta y se soltaba el moño.

– ¿Sólo bien? –Preguntó Kate, quien se acercó a su media hermana a darle un abrazo y un beso. Anastasia como de costumbre se alejó.

– ¿Otra vez con lo mismo?

– ¿Qué es lo mismo? –Le dijo ella desde el otro lado de la sala.

Hay días en los que no quieres tener contacto con nadie, no quieres que te besen, que te abracen, que te den un apretón de manos. Desde el rompimiento con Jack...

– ¡Jack! ¡Jack! ¡Y Jack! ¿No puedes dejar de nombrarlo un solo día? –Le interrumpió Anastasia, a la vez que se pasaba las manos por el cabello, frustrada.

– ¡No! ¡No puedo sabiendo que gracias a él perdí a mi hermana!

– ¡No soy tu hermana! Somos medias hermanas ¿Sí entiendes? ¡Medias! –Le gritó. –Y me hubiera encantado que no hubieras nacido, ¡así no serías la prueba viviente de las infidelidades de mi padre! – Las palabras abandonaron la boca de Anastasia antes de que pudiera analizarlas. Cuando pudo pensar lo que había dicho, ya Kate se estaba yendo con los ojos húmedos para después dar un portazo.

Anastasia fue tras su media hermana, regañándose a sí misma por meter la pata. Afortunadamente Kate no había cerrado la puerta con seguro. La encontró recostada en el suelo, al lado de la cama.

– Kate. Perdóname, yo no sabía lo que decía.

–No te preocupes. – Kate secó sus lágrimas.

–En serio, yo... –Se colocó en cuclillas, alzándola y volviendo a quedar de pie con ella.

Cuando estamos molestos, decimos muchas cosas que en verdad sentimos, muchas verdades.

–No, no, claro que no. Es solo que...–Un nudo se formó en la garganta de Anastasia.

No entiendo qué es lo que te pasa. Si me explicaras, quizá...

–No puedo. –La mirada de Anastasia estaba en la nada.

–No puedo contarle esto a nadie.

– ¿Por qué? – Kate se acercó a su media hermana y la agarró de los hombros.

Dime, ¿qué te hizo Jack? ¿Te fue infiel?

Las Heridas Del PasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora