Andreí
Ama, sueña, rie, disfruta, vive, mientras puedas.
Alcé la vista de mi teléfono en el momento que sentí una mirada sobre mi, a unos metros sentada en uno de los muebles, se encontraba la modelito.
- Nadie me avisó que hubiera llegado la modelito - Dije para ver cómo fruncía su ceño.
- Buenos días Señor Andreí, me an dicho que tengo que hablar con usted - Dijo ignorando mi comentario.
- Venga - Dije para ver cómo abría sus orbes marrones, ella tomó su bolso y se levanto de el mueble.
Yo comencé a caminar con dirección a la cocina, hay se encontraba Joanna la cocinera de la casa.
- Joanna quiero un batido de mango, sin azúcar por favor, con unas galletas de canela, y para la señorita - Dije señalando a Engel la cual subió la mirada, frunció las cejas, yo señalé la nevera y ella entendió.
- Lo mismo, pero con azúcar por favor - Dijo con una sonrisa.
- Lo llevas a mi oficina por favor.
Camine hacia la oficina mientras veía unas cuantas ofertas y cuentas que me hubiera enviado Emily.
Al llegar a la oficina, me pare enfrente de la puerta y marque la clave en el cuadro de metal, automáticamente la puerta abrió y yo me hice a un lado para que ella entrara y yo entre detrás de ella. Mi oficina no era la gran cosa unos muebles negros en una esquina un mini bar en la otra y en el centro una silla de ruedas con un escritorio de metal el cual no dejaba ver lo pies, y dos sillas un poco más pequeñas enfrente de este también negras, en la pared se encontraba una foto de mi padre y yo.
- Bueno como verás mi madre te explico la gran parte ahora me toca a mí, es fácil, obviamente se te pagaran estos dos o tres meses, todo depende de cómo te evalué, si tengo que ir a China tú irás con migo, pues además de trabajar para nosotros también tienes que comprometerte con el trabajo y con nuestra familia, aquí el que trabajó con nosotros es uno más y no aceptamos ningún tipo de chisme o traición a nosotros o a nuestra empresa, al trabajar con nosotros cualquier problema económico estaremos en placer de ayudarte, el trabajar con nosotros es unirte a nuestra familia - Termine de explicar.
Ella se quedó un poco pasmada, con la boca un poco abierta.
- Si aceptas mañana mismo, tendrías que comenzar, ósea tendrás que venir y comenzar a acostúmbrate a nuestro entorno y pues en unos días tengo que salir, ¿que decides? - Dije.
- Pues, esta bien , peor todavía me falto un tiempo en la universidad, tendrían que hacer una carta para la excusa y todo eso, me falta poco para graduarme pues no e tomado vacaciones desde que entre por lo que duró menos tiempo - Dio una pequeña explicación.
Yo solo asentí.
Engel
Estuvimos un rato más hablando y concordando, firmando unos cuantos parles y unas cuantas cosas, en un momento, la señora nos trajo los batidos y las galletas, las cuales estaban deliciosas, le pediré la receta.
- Pues además de todo quiero explicar que aquí no es que viven todos, esta es mi casa pero por alguna razón que ni yo sé, estamos todos aquí viviendo - Explicó y entendí por qué había ese toque de hombre en la casa.
- Ohhh.
- Buenos pues eso era todo, mi chofer la llevara a su casa - Yo estaba apunto de decir que no, pero el noto mi negación - No trate de negarse, tendrá que acostumbrarse a eso y a muchos Jets privados, etc.
Yo asentí, y me pare del la silla, el también lo hizo, camino a mi lado y puso la contraseña a la pequeña pantalla metálica, la puerta abrió y nos encaminamos por unos pasillos de una Paredes grises con unos cuantos cuadros de diferentes artistas los cuales valen lo mismo que unos cuantos semestres de la universidad, llegamos a la cocina y me acerco a la cocinera.
- Disculpe, cree que me podría dar la receta de las galletas de canela, a mi padre le encanta la canela y me encantaron sus galletas son deliciosas - Ella sonrió y asintió, de acuerdo a una gaveta y sacó un libro fino, tenía de portada unas ramitas de canela y me lo paso.
- Hay veras todas las recetas de canela del mundo, para que hagas feliz a tu padre - Le sonreí.
- Gracias, mañana mismo lo traigo - Ella sonrió y asintió.
Yo voltee para encontrarme, con Andreí a unos pasos de mi hablando por teléfono.
- Es que... Si ósea no... ¿Pero cuando?.. No, no , ni madre hace tiempo no vuelve a su país natal... La última vez que fue al Caribe fue a Puerto Rico... Ok está bien... Hablamos más tarde - Corto la llamada y yo hice que estaba leyendo el libro.
- En su familia no le enseñaron ni a mentir ni a fingir - Dijo burlándose de mí.
- Yo... Discúlpeme no fue mi intención, y además puede tutearme si usted y yo estaremos mucho tiempo juntos tenemos que acostumbrarnos al otro.
El solamente asintió me di cuenta de que era un hombre un poco serio y de pocas palabras.
Ahora que me fijaba, en ningún momento se pudo una camiseta.
...
Le tome la ultima foto a la piscina era una bella alberca, nunca es salido a algún lado si una de mis cámaras.
Estaba un poco oscuro y desde el lugar que yo estaba era hermosa más que la casa era divina tonos crema, blanco, gris y negro, una total belleza.
Le hubiera dado unas vueltas a la casa una que otra foto a pequeños detalles que me gustaban, las horas hubieran pasado y ya me tenía que ir. Camine hacia la puerta para entrar a dentro la de la casa cuando abrí la puerta, salió un gran perro San Bernardo el cual hizo que yo retrocediera el seguí atrás de mí y yo seguí retrocediendo mientras él me gruñía. Oh mierda, es mi fin. ¿Mi fin es que un pero de un metro me coma? Dios, creía que sería mejor. Sentí la orilla de algo en mi pies y fruncí el ceño volví el pie izquierdo para atrás, y pasó lo obvio, imaginen que yo caía para atrás en esa piscina hermosa. Cuando sentí todo mi cuerpo empapado, subí lo más rápido que pude a la superficie.
Joder.
El día no podía ir completamente bien.
...
Hey.
Volvi, mañana publicaré la segunda parte, sé que está un poco aburrido, el siguiente tendrá más sabor, se los prometo, nos leemos mañana.
Bye.
Luna🌙
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Andreí
RomanceEra increíble su manera de ser, me podía destruir con solo mirarme, desarmarme con una sola caricia, no podía estar con nadie pero no estábamos juntos, era suya pero él no era mío, el hacer algo sin su consentimiento me aturdía, nunca fui sumisa y...