Y si cada uno de los latidos dirigidos a una persona de un amor no correspondido fuera el aire a respirar, fuéramos eternos.Luna Abreu
Andreí.
Capítulo +18.
Su mirada era pura tristeza dirigida a mi mezclada con pequeñas gotas de furia, pero a este punto del camino ¿me tenía que importar? La verdad. No.
Cuando era más pequeño acostumbraba a pasar las vacaciones de viajes en viajes yo decidía donde iva y donde no, siempre fui independiente en ese sentido. Mi madre como persona estricta y mi padre por lo igual decían "si el amor guía tus pasos, compra zapatos nuevos para que no te caigas"
Ellos se amaban pero amaban más lo que podían construir juntos y eso era lo especial en ellos, creían que lo más importante era lo que podrían lograr juntos. Y no se equivocaron. Crearon un imperio y una familia envidiable, la diferencia entre ellos y yo, es que los dos decidieron en este caso no; Sólo yo decido.- ¿Por qué haces esto? - Su voz era temblorosa y muy pasusada.
- Hablaremos más tarde - Le respondí tranquilamente, uno de los trucos que mi padre me enseñó es que siempre tenemos que ser pasivos, la vida es un juego y hay que saber las reglas y debes en cuando romperlas.
El pasillo se encontraba solitario sólo nos encontrábamos nosotros y de fondo se escuchaba el choque de sus tacones, Engel iva como si el mundo nunca tendría su fin, nos acercamos al ascensor, el cual se encontraba abierto, entramos y pulse el primer boton, las puertas ceraron y inmediatamente tome las delicadas manos de Engel y la puse entre la pared y mi cuerpo.
- Eres atrevida, te gusta el juego, la manipulacion, sabes que eres hermosa cualidad que te hace muchos más peligrosa, tu cabeza dicta una cosa y tu corazón otra muy distinta, me tienes miedo pero te encanta mi cuerpo y el sólo escuchar mi voz enciende cada uno de tus sentidos, no recuerdas absolutamente nada de esa noche y me enfurece a tal manera que quiero destruir asta el más mínimo toque de tu cuerpo para poder hacerlos de nuevo - Le susurra los más acerca de su rostro mirando como sus ojos se engrandecen y arden de lujuria.
Aquí comienza la parte +18.
Tome sus dos muñecas con una de mis manos y dirijo mi otra mano a su sexo el cual se encontraba húmedo, moví mis dedos de arriba abajo encima de la tela. Subí mi mirada y me encontré con la de ella la cual me miraba expectante moridiendose el labio, mientras respiraba agitadamente.
- ¿Te gusta lo que te estoy haciendo? - Mi voz sonaba lo más ronca de lo normal.
Me levanté y le quite el fino abrigo de su cuerpo, le baje los tirantes de su enterizo, sus pechos salieron al aire, le hubiera dicho muy claramente a Michael que no podía dejar que usará sosten.
Tome uno de sus pechos y lo entre a mi boca, los saboree y mordi, mientras que con una manos masajes el otro y con la otra me entretenía con su sexo.
Sus manos estaban en mi pelo y de sus labios salían pequeños gemidos, los cuales quería que pasarán a gritos, a April que me perdonará pero hoy no llegaríamos a la alfombra.
No aguante más y rompí por a lante su enterizo, comencé a morder y saborear su piel desde sus senos asta el comienzo de sus pequeña tanga color transparente, todo como indiqué, baje sus pequeñas bragas y subí una de sus piernas a mi hombro, entre dos dedos en su mojado sexo, el cual estaba todo dispuesto para mi.
Comencé con movimientos lentos y suabes pero después fueron más rápidos, sus gemidos reinaba en el ascensor el cual estaba detenido.
Pare de mover mis dedos, y sus caderas comenzaron amoverse buscando friccion, la deteni con una de mi manos.
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Andreí
Roman d'amourEra increíble su manera de ser, me podía destruir con solo mirarme, desarmarme con una sola caricia, no podía estar con nadie pero no estábamos juntos, era suya pero él no era mío, el hacer algo sin su consentimiento me aturdía, nunca fui sumisa y...