Capítulo 7.

69 12 14
                                    

5 de septiembre del 2012.

Os preguntaréis que hago llorando a las dos de la mañana mientras mi madre intenta consolarme. Pues bien, todo se remonta a ayer en el autobús.

Después del beso con Mateo me dirigí a mi casa más feliz que nunca.
En mi vida habría imaginado que yo también le podría gustar a Mateo, pero la verdad es que  la sensación es muy buena.
Me sentía como si pesara menos, casi como si flotara.

Pero esa dicha no me duró mucho, ya que la notícia que me esperaba en el instituto era la peor que podía recibir en ese momento.

Ya en el autobús para ir al instituto con Eris como todas las mañanas, seguía  pensando en Mateo y en lo mono que está cuando se sonroja.

-Alma, ¿estás ahí?-dijo Eris mientras movía  su mano delante de mi cara.
-Sí, sí. Solo estaba pensando.
-¿En lo bien que lo pasasteis ayer? Que envidia que tengo. Ni si quiera Daniel haría eso por mí.
-¿Qué dices, tonta? Estoy segura que Daniel haría eso y un millón de cosas más por ti.
-Si tú lo dices. Pero ahora vamos a lo importante. ¿Por qué llevas toda la mañana mirando a la nada y con la cara más roja que un tomate?
-Pero que dices, estoy normal.
-Si tu estado natural es tener la cara como el culo de un babuino, es verdad, estás normal.
-Si te cuento algo, ¿me juras que no se lo dirás a nadie?
-Te lo juro por Francisco Lachowski.

No pude evitar reírme de eso. Si estamos hablando de Lachowski, se que no se lo contará a nadie.

-Mateo me besó.
-¿¡QUE!?-gritó a todo pulmón.
-¿Quieres hablar más bajo, loca? Todas las personas del autobús nos están mirando por tu culpa.-dije avergonzada.
-Eso da igual. Tu mejor amigo te besó ayer, ¿¡Y ME LO CUENTAS AHORA!?
-Lo siento, lo siento. Necesitaba tiempo para refleixonar sobre eso.
-¿Que tienes que reflexionar? Él te gusta, tu le gustas a él. No puede ser más perfecto.
-Ya, pero no quiero arruinar nuestra amistad.
En ese momento, el autobús llegó a nuestro instituto y fuimos a nuestra primera clase.

-Que sepas que aún no hemos acabado de hablar sobre esto.-me dijo con una mirada amenazante.
-Después hablamos.-dije mientras me dirigía a mi pupitre.

Normalmente Mateo se sienta a mi lado, pero hoy no ha vino a clase.
Quise pensar que se había resfriado por la lluvia, pero de repente la directora entró por la puerta interrumpiendo la clase.

-Chicos, tengo que informaros que el alumno Mateo Zurano no asistirá más a este instituto por problemas personales. Alma, te agradecería que cuando finalices todas tus clases, le devolvieras a Mateo todos sus materiales. Gracias por vuestra atención.

Quería contestarle a la directora, pero no me esperaba esas palabras para nada. ¿Era verdad? ¿Por qué se iba del instituto? ¿Tenía yo algo que ver?

Cuando me estaba dirigiendo a la casa de Mateo, tenía sentimientos contrapuestos. Por un lado, quería ver a Mateo y que me contara las razones de su translado. Pero por otro, estaba preocupada por si yo era la razón.
Quizás se había dado cuenta después de besarme de que no le gusto y no quiere volverme a ver.

Al final, llegué a su casa y toqué  al timbre. Despues de 2 minutos esperando, la madre de Mateo me abrió la puerta con una sonrisa.

-Hola, Alma. ¿Como estás?
-No muy bien la verdad. La directora nos ha dicho que Mateo no volverá al instituto. ¿Me puede usted decir el porqué?
-¿Mateo no te lo ha contado? Cariño, hoy nos mudamos.
-¿Cómo? ¿Mudarse?-dije desconcertada
-Sí, voy a empezar a trabajar en una empresa instalada en Reino Unido.-dijo con una sonrisa.
-Me alegro mucho por usted. Espero que os vaya muy bien allí.-dije con una de las sorisas más fingidas del mundo-Podría hablar con Mateo? Tengo que devolverle estos libros del instituto.
-Lo siento, se está despidiendo de sus amigos. Puedes dejar eso encima de la mesa. Por cierto, me dijo que te diera esto.-dijo mientras me extendía una bolsa de color amarillo.
-Muchas gracias María.
-De nada cariño. Que te vaya muy bien aquí. Estudia mucho y pasalo bien.
-Gracias, que le vaya bien a usted tambien. Adiós.-Dije mientras agitaba la mano.

Se iban al Reino Unido. No le volvería a ver. Pero no iba a llorar. Seguro que Mateo tenía una explicación. Mateo no es el típico chico que de va sin decir adiós. O eso pensaba.

Ya en mi casa, abrí la bolsa amarilla.
No me lo podía creer. Ahí se encontraba su pulsera del yan que teniamos a conjunto y una nota que decía:

Por favor, olvidate de mí.
Adiós para siempre:
-Mateo-

☆♡☆

Hola gente.♡

Aquí tenéis el nuevo capítulo donde se explican muchas cosas.
Espero que os guste y lo disfrutéis.
También quería decir que ya tenemos instagram.
Se llama @no.arruines.la.magia y estoy haciendo encuestas y próximamente haré adelantos de los siguientes capítulos.

También estaba pensando en hacer una playlist en Spotify con canciones que me hayan inspirado y que me recuerden a este libro. ¿Qué os parece?

Muchos abrazos de pulpo para todos

-Marina-






















Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 03, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

No arruines la magia del lugar. •Sin Corregir•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora