Capitulo. 7.

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Durante ese tiempo lo evadí lo más que pude, en serio después de eso; yo me comencé a sentir extraña al sólo verle. Un suspiro escapan de mis labios, mis ojos se centran en el paisaje de la ventana. De pronto escucho una voz muy cerca de mí.

_ Señorita Genji. –de repente algo golpea mi cabeza y rápidamente levanto la vista. – ¡Oh! Ya volvió de su mundo de fantasía. –dice el profesor rojo de coraje.

Y para colmo mis compañeros comenzaron a reírse como hienas, lo cual hizo molestar aún más al profesor.

_ ¡Usted señorita Genji, mañana debe traer a su tutor! –indica lanzando sobre mi mesa un sobre. –y eso es para su tutor.

Yo de inmediato me levanto y miro al profesor a la cara.

_ ¡Profesor mi tutora no puede asistir mañana! –él me lanza una mirada asesina.

_ Eso no es mi problema. Busque las manera de que ella este aquí a las nueve. ¿Le quedó claro? –su rostro se frunció tanto que sentí que me asesinaría con algún poder mental.

Y como siempre hay ese amigo que queriendo hacer un bien siempre hace un mal. Mía levanta la mano y con  una sonrisa de ¡Oh se me ocurrió una tonta idea!

_ ¡Profesor! –la miro, pero ella me ignora. – ¿Puede venir su hermano mayor en lugar de su madre?

El profesor gira la mirada y asiente.

_ ¡Por supuesto! Siempre y cuando sea alguien responsable.

_ Tranquilo sensei que el hermano de mi amiga es una persona seria.

En ese instante quería retorcerle el cuello por decir cosas que no deben. Al sonar el timbre, la tomo del brazo y  salimos del salón, y nos fuimos a uno de los laboratorios.

_ ¿Estás loca? Hacer que Ryota venga es algo erróneo. –digo llegando a la ventana. –en estos momentos lo menos que quiero es verle la cara después de lo que pasó.

Mía corre hasta mi lado sujetándome por los hombros.

_ ¿Qué pasó? –dice ansiosa. – ¡No me digas que lo vistes desnudo! –expresa con un brillo en los ojos.

_ ¿Qué? –digo alejándome de ella. –que mente la tuya amiga… eres una pervertida. –ella me sonríe.

_ Pervertida. No lo creo, esas son una de las cosas que hacen no querer ver a una persona nunca más- se defiende.

Yo me cruzo de brazos y la observo seria.

_ ¡Si, claro!

_ ¡Ya deja de ser una pesada! Esto los acercara más y se volverán íntimos. Además cuando vea tus maravillosas calificaciones dirá: ¡Qué  chica tan inteligente eres! ¿Quieres ser la madre de mis hijos? –Mía deja escapar un grito de excitación. –será genial.

Todavía no creo como es que termine con una amiga como ella. Suspiro relajando mi cuerpo, ya no puedo más mi vida es un desastre… el chico que me gusta es bipolar por así decirlo y ahora que no quiero verlo tiene que estar mañana aquí ¡Ah, me quiero volver loca!

_ ¿Y? –dice ladeando la cabeza.

_ Qué más da. –digo resignada.

Mis pies se arrastran por el pasillo; necesito un lugar abierto y despejado de personas para pensar las cosas, pero mi cuerpo colisiona con alguien.

_ ¡Tonta ve por donde andas! –esa voz molesta es muy familiar al levantar la mirada me encuentro con el rostro enrojecido de Dajan. –al parecer la idiotez crece cada día en tu estúpido cerebro. –dice golpeándome la cabeza con su dedo.

Mi Cenicienta. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora