Capitulo. 10.

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Mi respiración es irregular, mis emociones son tan inestable… no sé qué hacer con este sentimiento, de pronto unos labios fríos rozan mi cuello, había olvidado que Dajan seguía pegado a mí. En ese momento mi cerebro recordó sus palabras, rápidamente me separo de él.

_ Dajan nunca en tu vida vuelvas a tocarme. –digo firme y serena.

Sus ojos demuestran dolor e impotencia, él da un paso al frente y yo uno atrás ¡No quiero que me vuelva a tocar! Dajan al ver mi expresión se detiene.

_ Tonta. –dice serio. –no es un cuento de hadas. Mitsuki sé que volverás a nosotros y cuando ese día llegue serás mía quieras o no.

Sin decir una palabra más da media vuelta y se marcha. Yo sé muy bien lo que me espera, pero algo en la mirada de esa mujer me perturbó. Mis pasos se van haciendo cada vez más lentos y pausados; no quiero llegar a mi casa Aida debe estar furiosa. Mis pies se detienen justo en la puerta, en el momento que mis dedos roza la puerta ésta se abre de golpe.

Aida lanza mi ropa en la entrada, al  verme comienza a decirme mil y una cosa. Ryota llega a mi lado y la detiene.

_ ¡Ya basta madre! –Aida se queda de piedra. –haz como siempre ignora mis acciones, ya tomé una decisión ella será mi esposa, se lo debo.

Aida me mira con una sonrisa de medio lado la cual no puedo descifrar.

_ Muy bien vamos a ver cuánto te dura ésta como prometida. Pero si te marchas con él no pienses en volver jamás a esta casa. –finaliza cerrándonos la puerta en la cara.

Sin decir nada voy recogiendo mis cosas, las ganas de llorar me invaden, pero me controlo lo mejor que puedo. De algún modo siento felicidad y angustia. Una mano se posa en mi hombro.  

_ Lo siento. –es lo único que él me dice.

Después de un largo silencio llegamos a su mansión. Al entrar la mujer rubia nos recibe, ella me mira duramente.

_ Mi señor su prima llega mañana, dijo que quiere pasar un tiempo con usted. –al decir sus últimas palabras me mira con una sonrisa.

Ryota suspira despacio.

_ Bien mandas al chofer que la recoja, ya que yo estaré un poco ocupado. Frida prepare la habitación para la señorita Mitsuki.

Ella hace una reverencia y sube. Ryota se deja caer sobre el sillón, yo lo imito quedando a su lado. Mi mano sin querer roza la suya y la aparto de inmediato.

_ Disculpa. –digo apenada, pero él sin demora toma mi mano.

_ No tienes que pedirme disculpas por algo como eso ¿No es normal que las parejas sujeten sus manos?

Sí, es cierto desde hoy me he convertido en su prometida, su futura esposa. Imaginarme eso llena mi corazón de felicidad. Ryota te amo… he sido tentada en muchas ocasiones por esas palabras… aun no es el momento de darles mis sentimientos.

De pronto Ryota está muy cerca de mí tan cerca que puedo escuchar su respiración mezclarse con la mía. ¡Al fin podre ser besada por este príncipe!

_ Señor todo está listo. –Ryota se aleja de mí.

_ Bien muéstrale su habitación. –dice él sin mirarme.

_ Sígame señorita.

Me limito a ir tras ella, mientras un incómodo silencio nos rodea, al llegar a la puerta y entra, luego se gira y me dedica una mirada tosca.

_ Está será su habitación, por allá está el baño listo para que usted lo use. – se gira.

_ Gracias. –le digo haciendo una reverencia.

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⏰ Última actualización: Jul 28, 2017 ⏰

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