11.

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Y aquí estoy, a punto de tocar la puerta de su casa.

Ella me a dado su Instagram, me metí en el perfil de una de sus amigas que le comenta sus fotos y le mandé un mensaje preguntándole si me podría dar la dirección de Michelle, le tuve que mandar screenshot de mi conversación con Mich para convencerla y que me diera su dirección; me la dió.

Toco la puerta de su casa un poco nervioso. Las dos veces que la he visto en persona me pongo nervioso, no sé porqué.

Michelle abre la puerta y puedo notar en su rostro que no se imaginaba que fuera yo.

— Hola. — La saludo. Ella se ríe nerviosa.

— Eh... Hola. — Me sonríe. — ¿Cómo descubrirse dónde... — La interrumpo.

— Te dije que no sería imposible para mí. — Le sonrío. — Entonces, tendrás que ir conmigo a Los Ángeles.

— Mario, no puedo.

— Te recuerdo que tú me has dicho que sí descubria dónde vives irías conmigo.

— Pero... — No termina de hablar. Me río.

— Juro que no te vas a arrepentir, todo esto va a cambiar tu vida, confía en mí. — Le agarro la mano.

— Gracias por todo lo que estás haciendo por mí.

— Quiero ayudarte. — Me abraza.

— Eres el mejor, muchas gracias por todo, jamás terminaría de agradecerte. — Me da un beso en la mejilla.

«Textos»;Mario RuizDonde viven las historias. Descúbrelo ahora