02- Cuando fue encontrada con la muerte

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El sonido de una sirena irrumpió en el desayuno americano de muchas personas, jóvenes y adultos, a consecuencia de un hallazgo hecho en un terreno baldío que se encontraba justo a un costado de la cafetería. Un hallazgo a medias, a decir verdad, porque sólo había esqueletos desperdigados por todos lados y muchísima tierra. Cualquiera pensaría que se hubiese cometido un asesinato ahí mismo e intentaba ocultarlo todo, aunque no de manera eficiente cuando la hierba ni siquiera estaba alta.

—Extraño —murmuró uno de los hombres uniformados en negro—, debemos hablar al Departamento de Investigación Criminal para que vengan enseguida y determinen quiénes eran estas personas en vida.

—¿Cómo fue qué se enteró de todo esto, jefe? —preguntó uno de los subordinados.

—Una chica reportó que había visto a una persona entrar al terreno, supongo que le pareció sospechoso.

El subordinado puso cara de pensativo porque en realidad no le encontraba lo sospechoso, y lo confirmó después de revisar el reporte, no había mucha información al respecto: Una persona de estatura alta y nada más, cuando le preguntaron a la testigo si aquella persona salió del terrero, esta respondió que no y fue cuando se animó a entrar. Aunque aseveró morir de miedo, tenía curiosidad; fue así como se encontró todo el espectáculo que los mortales ojos podían observar.

El Departamento no tardó en acudir y pedirle a todos en mantener su distancia mientras colocaban la cinta amarilla. Las miradas curiosas no se hicieron esperar, hombres y mujeres se apostillaron en el borde la cinta intentando ver los cuerpos o vaya uno a saber lo que sus pobres mentes frágiles imaginaban.

2.

La tarde se iba rápido y no tardaría en ponerse oscuro y más transcurrido el lugar. Muchos cansados de permanecer en pie abandonaron sus puestos decepcionados de no poder mirar aquello que sus morbosos ojos añoraban.

—Hemos recolectado todo, pero no aparecen los cráneos —indicó un forense—, son tres esqueletos los que hay aquí, tres personas y lo más curioso es que no están debajo de la tierra.

—Y al juzgar por la suciedad —dijo uno de los forenses colocándose uno de los huesos cerca de la vista—. Están demasiado limpios como para que se hayan expuesto al sol, por más que entraran roedores o animales callejeros.

—Y queda decir que nunca se quejaron de mal olor.

—Habrá que llevar toda esta evidencia— El jefe del departamento no pudo continuar cuando uno de sus subordinados llamó su atención.

Habían encontrado un cráneo, pero acto seguido pudieron observar hebras de cabello que sobresalían de la tierra. No perdieron más el tiempo y se dieron a la tarea de excavar con una pala en caso de que se tratara de un cuerpo ya en descomposición y para poder practicar la necropsia correspondiente. Pero la sorpresa dejó helado a todos, cuando descubrieron manos, pies y un rostro tranquilo.

Las melodías lúgubres de Ophelia [PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora