Maldito jefe

Secuestrada por el jefe

No podía creer lo que me acaba de hacer el maldito de mi jefe, no me dejó salir a comer, pidió pizza y tuve que comer en la oficina con él porque no se despegó de ahí, no quería que nadie me viera  con ese escote.

Cuando llegó el repartidor de pizza no lo dejo acercarse porque según el iba a pasar lo mismo que con el mensajero, es un exagerado. Después de comer me prohibió ir a cualquier lado.

-Y si quiero ir al baño
Él se quedo pensado, es el colmo el baño esta en este piso nadie me vería solo lety, pero según el alguien podía venir y verme

-Esto es secuestro, lo sabe, no puede tenerme así

-Bien solo al baño pero rápido no quiero que te vean.

Por fin se terminaba este día, faltaba media hora para salir y ya tenía todo listo para mañana solo era cuestión de esperar mi salida.

-Vámonos señorita, la acompaño hasta su carro

-Perdón? Falta media hora para salir

-Lo se pero por hoy es todo así que agarre sus cosas y vámonos. Me le quede viendo como si se tratara de una broma pero no lo era por la forma que me veía

-Nunca ha tenido problemas de sus oídos señorita no creó que los tenga en este momento, VA-MO-NOS

-No tiene porque decirlo de esa manera entiendo bien, lo que no entiendo es su comportamiento

-Vámonos ya estoy impaciente

Tome mis cosas y camine detrás de él, antes de llegar al ascensor se despidió de Lety y le dijo que ya se podía retirar, no dejó que lety se despidiera de él y se dirigió al elevador,yo solo alcance a decir descansa Lety.

Ya en el ascensor me entregó su saco

-¿Y esto?

-Un saco que no es obvio pongaselo. El muy maldito solo puso los ojos en blanco

-Pues no soy adivina para saber que me lo tenía que poner y ¿por que lo voy hacer?

-Usted nunca se queda callada y el saco es para que se tape no se le vaya escapar alguna

-Ni que estuviera tan voluptuosa no se escapan

-Lo se tiene un muy buen tamaño  se ven muy bien pero no queremos que se escapen.
No podía creer el ogro me decía un cumplido pero no a mi si no a mis niñas, desgraciado.

Hoy no quiso salir de su oficina y parecía que me evitaba y cuando tenia que verlo se veía tenso ya que cuando esta tenso siempre toca el botón del saco de su muñeca.
Cuando tenia que ir con él no me quería ni mirar pero lo caché en 2 ocasiones mirándome descaradamente, cree que no me di cuenta.

-Bien señorita llegamos hasta su auto mi saco por favor

- Hasta mañana

-Mañana no la quiero ver así,ni mañana ni ningún otro día le quedo claro

-Si señor. Antes de irse volvió a mirarme mi escote, esta vez descaradamente, levanto su mirada y solo me dio una de esas sonrisas arrogantes.
Le queda muy bien esa sonrisa lo hace ver mas atractivo pero que pedazo de imbécil es, por primera vez me sentí intimidada por su mirada pero no se lo iba a demostrar, así que me aguante las ganas de cubrirme en ese momento.

-Hasta mañana señorita.

En 20 minutos ya estaba en casa, me desvesti y me puse algo cómodo, cene y después fui a mi armario, que me pondría mañana que no le molestara al jefe y ya sabia que me pondría, con esto si va a estar feliz.