Royal Marine Institution [L.S.]

Otoño

Newcastle, Inglaterra. Otoño 1995.

Cada fin de mes, los cadetes y soldados tenían permitido salir por todo un fin de semana. En el tiempo que Louis llevaba en el Instituto, nunca había ido a casa. No tenía razón para ir ahí, nadie lo estaba esperando con los brazos abiertos. Era el último fin de semana del mes y los muchachos comenzaban su fila para salir del instituto. El castaño los miraba desde el balcón, algunos se iban en autos lujosos y otros solo subían al autobús que los llevaba al centro de la ciudad.

— ¿También vienes a mirar como otros van alegres a casa?

Niall llegó a hacerle compañía. Rubio de mechones cafés con unos ojos azules y sonrisa contagiosa, era lo más cercano a un amigo que Louis tenía en el pelotón de Harry. No eran los más unidos pero tampoco eran extraños, llegaron a tener algunas pláticas entre ejercicios e incluso se dividían las tareas extra que Harry asignaba.

— En realidad, me gusta disfrutar como poco a poco el Instituto se va silenciando— respondió Louis con una sonrisa hacia Niall quien al igual que él se quedaba los días de salida — ¿Nunca vas a casa? — ahí va de nuevo una de las preguntas personales que Louis siempre suele hacer.

— No tengo motivos para ir, nadie me espera realmente, fui criado por mi abuela y murió el año pasado. No he salido desde entonces — ambos chicos miraban el último autobús partir, disfrutando del silencio que los rodeaba, el cual de pronto se volvió algo incómodo.

— Lo lamento, no tenía idea — Louis ofreció su mano para estrecharla con la de Niall — mi más sincero pésame.

Niall miró la mano del castaño y la estrechó fuertemente sin pensarlo. Ese chico era un solitario, Louis podía apostar que tenía una triste historia detrás pero sabía que el rubio era fuerte. Soportar ser insultado por Harry, vivir en un Instituto naval aislado de todos, ser huérfano y a pesar de eso siempre tener una buena actitud no debía ser nada fácil, más que lástima lo que Louis sentía por aquel chico era respeto y admiración.

— Bueno, tengo que irme. — Niall se despidió de Louis con un ligero movimiento de cabeza mientras caminaba al final del pasillo. — Por cierto, el Almirante te busca.

...

— Ya te dije Harry, lo quiero de vuelta a mi pelotón, prácticamente soy lo único que tiene aquí, ya está mejor y veo que tiene más actitud.

— Y yo ya te dije que si lo tanto lo quieres de vuelta te lo puedes llevar, no es asunto mío pero te recuerdo que fuiste tú el que me rogaste que lo aceptara en mi equipo, te advierto que si se va no podrá regresar, no pueden hacer lo que se les plazca aquí solamente porque un marica se deja intimidar por otros maricas, debes aprender a controlar a tus rebeldes Collins.

Tan rápido como Niall le había informado que Harry lo buscaba, Louis había ido hacia su oficina no queriendo irritar a su jefe al hacerlo esperar. Cuando casi llegó allí se encontró con la puerta abierta de par en par y alcanzó a reconocer desde afuera la voz de Harry junto con la de su amigo, James.

—Sabes que no te hubiese pedido nada si no es porque aquella noche casi lo matan a golpes. —El tono de voz de James era tranquilo, aunque a kilómetros se notaba lo mal que la pasaba conversando con Harry, su tono de voz hacia el Almirante siempre era seco y golpeado aunque a veces él mismo trataba de disimularlo pero siempre terminaba fallando.

—Ya mandé a llamar al chico, en cuanto llegue les haré entrega de sus documentos y podrán irse ¿bien? — Hubo algo en la respuesta de Harry que incomodó a Louis, la manera tan simple con la que aceptó devolverlo al pelotón de James no le agradó, sabía que entre él y el Almirante no había nada más allá que órdenes y entrenamientos extra, pero a veces se encontraba a sí mismo pensando en cuánto había madurado en el Instituto gracias a Harry y lo afortunado que se sentía de poder conocer un poco más allá de la parte seria de su jefe. Si bien no eran los grandes amigos, Louis y Harry habían compartido ya muchas pláticas casuales después de sus entrenamientos personales.