Angel (Otayuri)

Prólogo

Era un dia frío en San Petersburgo, todos los edificios que lo adornaban se engalaban con una fina capa blanca confeccionada con hermosa nieve.

El frío pero reconfortante viento matinal acariciaba el rostro de quien pasara por donde soplaba.

Entre los que disfrutaban de sus caricias se encontraba una joven pareja.

Una mujer de perfecta silueta, cabellos castaños, tez morena clara y ojos ambar a lado de un joven de cariñosos ojos verdes intensos, cabello negro y tez clara.

A la vista de cualquiera parecían simples turistas: una pareja joven que no buscaba mas que diversión.

Pero no era así.

Ellos sabían exactamente lo que buscaban y a su vez, sentían que aquello los estaba llamando.

La chica dirigía el andar mientras su compañero se limitaba a seguirla de cerca.

Caminaron hasta llegar a un orfanato.

En la chapa se podía leer "Casa Hogar para niños Plisetsky".

-Aqui es- sentenció la joven mujer - el lugar que ví en mi sueño.

Ambos se adentraron en el lugar, ahí se sentía un aura densa y melancólica que se agrandaba debido a lo monótono de los colores ya que dentro de ellos reinaban los grises.

Apenas se escuchaban algunas risas de niños.

Pese a la apariencia triste del lugar, los niños que lo habitaban parecían ser felices, o por lo menos la mayoría.

El joven se ocupo de explicarle a los que ahi trabajaban quienes eran al igual que sus intenciones mientras la mujer proseguía con la búsqueda de aquello que los había traído a Rusia.

Cerró los ojos para poder enfocarse en sentirlo y después de un rato así lo hizo.

Podia sentir su llamado, se apresuró a responderlo.

Camino hacia un espacio carente de niños, en una esquina yacía sentado, abrazando sus rodillas y escondiendo su rostro entre ellas, un bello niño de rubios cabellos, un escalofrío pareció recorrer su cuerpo.

Tan pequeño, tan necesitado de protección.

Una vez quedo frente a él, se puso en cuclillas para quedar a su altura y besó con ternura su frente por encima de las finas hebras doradas que caían por su rostro, el niño volteó a verla confundido dejando apreciar sus preciosos ojos jade.

La joven le sonrió de una forma amorosa y dijo con dulzura

-Eres más hermoso de lo que vi en mi sueño, ¿Como te llamas, pequeño ángel?

-Yu-Yuratcka - murmuro inseguro el niño.

-Yo soy Evelyn, mi pequeño Yuri, que bueno que te encontre... no tienes la menor idea de cuanto te busque...

La chica se paró y extendió su mano al pequeño niño que le miraba confundido con sus ojos verdosos.

El ruso no tenia idea de lo que estaba pasando, pero habia algo en aquella hermosa mujer que le inspiraba confianza y se comunicaba con su interior obligandolo a obedecer, cedio ante esta fuerza sobrenatural y tomo su mano, caminando a su lado hasta llegar a donde la pareja de la joven lo esperaba.

Todos los presentes se sorprendieron de ver como la chica llevaba de la mano al pequeño rubio.

Un sin numero de parejas antes lo habian considerado como primera opción para adoptar, y no era para menos pues su enorme belleza hacia dificil creer que el niño llevaba toda su vida en ese deprimente lugar, mas su reservada y hasta en ocaciones grosera actitud hacia que pronto todos los que deseaban convertirlo en miembro de su familia, perdieran el interes, como si de un simple objeto se tratara.

Sin embargo, ese dia todos tenia un buen presentimiento:

El pequeño y frio Yuratchka le tomaba la mano a una desconocida.

Era algo tan raro que solo podia resultar significando algo positivo.

Ni siquiera Yuratchka entendia lo que estaba haciendo o porque lo hacia, solo sentia que debía hacerlo.

El chico se acerco a él con sus amables ojos de un verde mas oscuro que el de los aguamarina que observaba fijos en el, entonces sin apartar su mirada se arrodiño y en un gesto delicado y cariñoso aparto algunos cabellos que se interponian en su objetivo de apreciar las esperaldas del menor.

-Que hermosos ojos- soltó admirado el mayor despues de un largo rato de apreciar las preciosas aguamarinas -Eres realmente hermoso, mi...

-Yuratchka- respondio con voz temblorosa el pequeño.

-Yuri- añadió la castaña con una sonrisa.

-Yo soy Ashton- dijo el joven estirandole su mano el cual la estrecho sin esperarse que al momento el otro lo acercaria a sí para abrazarlo.

El menor no hizo mas que permanecer inmovil.

Despues de un rato el chico lo aparto levemente sin soltar su mano, en ese momento la joven tambien se arrodillo para quedar a su alturam

-Estamos encantados de conocerte, era nuestro destino conocernos. A partir de ahora nuestra vida se enlazara verdaderamente.