Se quedaron un buen rato así, abrazandose el uno al otro.
El calor contrario era relajante y les reconfortaba.
El mayor acariciaba los rubios cabellos del ruso mientras este se acurrucaba en sima suyo, casi ronroneando por su toque.
Altin se quedo observándolo con devoción.
Bajo la luz naranja del medio día su belleza se tornaba de un misticismo perfecto, como un haz de luz blanco que surcaba el ambiente semi otoñal.
El cómodo silencio de pronto se vio interrumpido por el susurro del de ojos claros.
—Te entiendo... Yo... Y-yo tampoco tuve una niñez bonita...
De pronto el moreno centro toda su atención a las palabras del rubio de débil voz que parecía estar a punto de abrir su corazón de hielo.
—Y-yo... Pase gran parte de mi niñez en una casa hogar... Al parecer m-mis padres me abandonaron...— prosiguió con su voz entre cortada levemente interrumpida por la amenaza del llanto mientras el moreno afianzaba su abrazo— No me da tristeza, es mas se los agradezco, gracias a ellos ahora tengo una hermosa familia— el rubio empuño sus manos fuertemente— pero me da rabia el que hayan hecho algo así... A su propio hijo....
Finas lágrimas de rabia y melancolía surcaron la piel nívea del ruso, el kazajo le tomo de los hombros con delicadeza para apartarlo levemente de él y lograr apreciar su fino rostro.
Sus lágrimas brillaban cual perlas a causa de la luz del lugar de forma tan bella que Otabek sintió amar cada una de aquellas pequeñas gotas.
En aquel momento no pudo resistirse mas y acerco al ruso lentamente para besar suavemente sus finos labios.
El rubio se sorprendió, mas prontamente cerro sus ojos jades y se dejo llevar por el kazajo.
Se besaron lentamente, dulce, llenos de devoción, sin un atisbo de maldad o segundas intenciones.
Mas que el simple rose de sus labios aquel beso significaba un acto de comprensión y amor infinito.
Ambos aparentaban ser fuertes por fuera pero al interior eran frágiles.
El dolor los había hecho cubrirse con aquella coraza de miedo y odio para tratar de no ser heridos de nuevo como había pasado antes.
Solo ellos podían comprender el dolor del otro y llenar el vacío que portarse indiferente con todo el mundo les había provocado.
El beso fue largo y con sabor a sal a causa de las lágrimas por parte del ruso que pasaron de ser pocas a fluir libremente como si de un manantial se tratase.
Las sensaciones invadían al rubio deliciosamente, por un lado se encontraba el dulce y suave sentir de los labios de Otabek y por el otro las miles de corrientes eléctricas que surcaban su interior juntos a ese ya tan familiar y profundo cosquilleo que le recorria la espina dorsal.
Altin termino el beso después de un largo rato, abrió los ojos que hasta entonces había mantenido cerrados para encontrarse con la bella imagen de Yuri con sus ojos de jade cerrados, sus largas pestañas invadidas por diminutas gotas brillantes y un leve sonrojo que lo hacia lucir aun mas hermoso que de costumbre.
Tentado a volver a tomar aquellos dulces labios sabor vainilla a causa del bálsamo labial que siempre se ponía el rubio, se levantó de su lugar.
El rubio abre los ojos confundido y desilucionado dado a que deseaba que aquel beso jamas acabara.
—¿Pasa algo, Beka?
—Nada, Yura— respondió el mayor mientras una sonrisa se formaba en su rostro. —Deberíamos entrar ya.
Otabek le ofreció su mano a Yuri para ayudarlo a ponerse de pie el cual la acepto sin dudarlo.
Al levantarlo quedaron notoriamente cerca, el menor se sonrojo con su mano aun tomada por la del kazajo a lo cual este solo sonrió y despeino con cariño el cabello de su contrario depositando un casto beso sobre la frente nivea para después ambos adentrarse a la casa.
¿Que significa ser almas gemelas?
Ni Yuri ni Otabek lo sabían en ese momento pero ellos eran aquello a lo que se llamaba de esta forma.
Las Almas gemelas son dos personas que están sincronizadas en espíritu.
Ambos son iguales hasta cierto punto y se complementan de forma mística.
Pueden vivir en países o incluso épocas diferentes, pero sin importar la lejanía siempre estarán unidos.
Algo mágico les unía y una presencia sobrenatural cuidaba de ese lazo.
Yuri estaba en contacto con ese "algo" que resguardaba su amor sin siquiera saberlo...
Se adentraron a la casa y después de comer un bocadillo decidieron preparar palomitas y ver unas películas para pasar el rato.
El ruso subió a su cuarto para buscar algunas opciones de películas y de paso ordenar un poco su cuarto sin que Otabek se diera cuenta.
Cuando regreso hayo a Otabek haciendo palomitas, este al percatarse de su presencia volteo a verlo y sonrió.
Malditas sonrisas las de aquel kazajo que lo descolocaban con su sola existencia.
Suspiro tranquilo al notar que al parecer su pasado no había hecho que la actitud del moreno hacia el cambiara en nada.
No lo veía mal ni parecía sentir lastima.
En los ojos de ambos seguía la misma extraña chispa que aparecía cada que se veían.
El amor puro que sentían mutuamente se reflejaba en su mirada sin poder evitarlo.
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Angel (Otayuri)
FanfictionA veces hay cosas fantásticas en nuestro al rededor que por estar enfocados en los que nos parece realmente importante no notamos. Sin embargo, hay personas que tienen un talento especial para sentirlos y que ni siquiera saben que lo tienen. Yuri es...