El coronel miró al chico enfurecido y le grito:
-¡Qué miráis perro! ¡será mejor que sigáis trotando, o si no os daré un buen baño de agua fría!
El chico miro al Coronel con el ceño fruncido, volvió la mirada hacia Lucían, le guiñó un ojo y siguió trotando.
El Coronel hizo ademán de irse, pero volvió hacia Lucían y la apuntó.
-Y tú ramera, será mejor que vayáis a hacer vuestras tareas, o las veréis conmigo.
Lucían salió corriendo despavorida al escuchar al demonio. Se adentró a la cabaña y se dispuso a ordenar sus cosas.
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Cuarenta minutos después, todos los pelotones seguían corriendo al rededor de la gran cancha que estaba a distancia. El Coronel estaba sentado en una silla mientras disfrutaba de un rico pan.
Mirando ya aburrido a los pelotones, exclamó con la boca llena:
-¡Muy bien gilipollas! -masticó-. ¡dejen de correr y -masticó-. A las duchas! -al terminar la frase se le escapó un gallito, estos al escuchar, partieron en risa. Pero al ver que el Coronel venía rojo de la rabia hacia ellos, se callaron al instante.
-¿De qué os estáis riendo perros? ¡VAYAIS A LAS DUCHAS ANTES DE QUE RECIBÁIS UN GRAN CASTIGO! -gritó.
Todos hicieron caso omiso al Coronel y se dispusieron a andar. Trotaron tanto rato que mientras caminaban, parecían una horda de zombies. Al llegar, todos se adentraron a los baños, excepto Luke, que espero un momento afuera. Después de unos minutos se adentró a los baños y vio a todos desnudos, abrió los ojos como platos y exclamó.
-¡No me bañare al desnudo de estos gilipollas!
El Coronel al escuchar sus reproches se dirigió con paso firme hacia Luke y le dijo:
-Si la marica no se baña con gente, entonces que se bañe con los animales.
-No os atreveríais -dijo Luke con un tono altanero.
-¿A no? -dijo él en un tono sarcástico, agarro a Luke del cuello de su remera y lo arrastró hacia fuera de los baños.
Caminaron unos metros hasta llegar hacia un corral lleno de cerdos.
-Yo pensaba mandarlo a bañar con los caballos, ¡pero por vuestra insolencia lo mandare a bañar con los cerdos! -replicó y así, lo tiro con los sucios animales.
Luke se desvistió a regañadientes y se dispuso a bañarse con un balde que encontró tirado y un pozo de agua que encontró a unos metros. Empezó a bañarse a duras penas porque los cerdos lo ensuciaban una y otra vez. Pensó en las comodidades de su hogar, de lo mucho que le encantaría volver el tiempo atrás y convertirse en el presidente de España -a su edad de 18 años-, y administrar todo perfectamente para que no hubiera guerra y no se encontrara en la situación presente.
Luego de las imaginaciones épicas de Luke, los cerdos al fin cedieron y lo dejaron bañarse en paz.
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-Muy bien, chicas. Soy Jennifer, vuestra profesora de enfermería. Os enseñaré todo lo que deberéis saber en casos extremos. Sepáis que es muy fácil, si me escucháis y prestáis atención.
Todas las chicas se encontraban en una sala más o menos cómoda. Estaban sentadas en unas sillas alrededor de una gran y larga mesa, donde tenían todos sus materiales de enfermería.
-Vuestro trabajo será auxiliar a los soldados de vuestra sección. En cualquier momento, el Teniente General os llamará si hay alguna emergencia. No os preocupéis, las ayudaré a afrontar el acá y el allá afuera. Ahora, a trabajar.
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Luego de una incómoda limpieza, Luke se puso la toalla al rededor de la cintura y se fue de aquel sucio corral.
Al salir se sorprendió y ruborizó al ver que todas las chicas se encontraban ahí y se reían de él. Lucían también estaba, y lo veía con cara de vergüenza.
El Coronel apareció también y, al verlo solo con la toalla en la cintura, se hecho a reír. Luke salió corriendo
y se apresuró a llegar al cuartel para cambiarse de ropa, sabiendo que de todos modos lo castigarían por la demora.Al terminar de vestirse, se apresuró a ir a la sala de entrenamiento.
Se dispuso a hacer pesas como los demás, tan rápido como sus brazos se lo permitían. Mientras los demás se ocupaban de sus ejercicios, uno de los chicos se desgarro el músculo. El Coronel le presto atención cuando este empezó a gritar del dolor, pero en vez de ayudarlo, le dijo:-¡Ese! ¡ese dolor significa que te estás haciendo hombre! ¡sigue así!
El chico del Cabello Bonito se dispuso a ayudarlo. Se acercó al Coronel y le dijo:
-Disculpe, mi Coronel. Mi compañero no puede seguir entrenando en esa situación, permítame llevarlo a la enfermería, por favor.
-Sepáis usted, "Querida Rapunzel" que no me deberíais hablar en ese tono. Se un hombre, o se una marica valiente.
El Cabello Bonito asintió y llevó al chico con destino hacia la enfermería.
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Hola chic@s🐼
Me encanta terminar con algo de suspenso en cada capítulo así que aquí les dejo esto. Me encanta el acento español, hasta cuando escribo estos mensajes se me da por usar algunas palabras de allá haha. Bueno, no olviden de votar y comentar.
¡Os quiero!🌺
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Corazón de Guerra
Roman d'amourDos jóvenes almas se encuentran en medio de un campo de batalla. Pasando sufrimiento y penuria, ambos se enamoran. El tiempo los envuelven en un amor imposible. El resto averígualo tú...