Outcast - [CHEOLSOO] -

Capítulo 7: Remembering.

Jisoo se escondía en los casilleros del edificio contrario al suyo esperando que el joven de larga cabellera se desocupara de aclarar dudas de chicos quiénes estaban a su alrededor.
Jisoo quería ser como él. Quería hablar casualmente y sonreír mientras platicaba como aquél chico sin esfuerzo le nacía.

La imaginación de Jisoo donde se coloreaba alrededor de varios chicos de su edad charlando y dando carcajadas se vió bloqueda por el chico que anteriormente observaba, el cual ya se encontraba libre.

—Oh, tengo un admirador.

Jeonghan le sonrió mientras se acercaba donde Jisoo estaba.
¿Admirador? ¿Soy un admirador? Con que éso es.

—Ah sí, buenos días Jeonghan sunbaenim. —Jisoo hizo una reverencia exagerada, pero cómo no, estaba nervioso. —¿Se acuerda mí? Soy...

—Hong Jisoo. —Le respondió el otro. Se acuerda mí. —¿Se te ofrece algo?

Le preguntó mientras le daba un aura de sinceridad y confianza.

—Sí, emm... Tengo una duda.

[...]

Sus piernitas temblaban y de vez en cuando se asomaba del otro lado de la pared.
Hace unos minutos le había preguntado a Jeonghan que en dónde podría encontrar a Choi Seungcheol. Éste, un poco dudoso, le dijo que probablemente atrás del edificio, y es ahí en donde ahora se oculta.

El joven charlaba con otros chicos los cuales le daban muy mala pinta, pero no quería juzgar apresuradamente, aunque el hecho de que todos los presentes fumaban, no es como que ayudaba.
Quería llamarlo, pero su fuerza de voluntad estaba tirada en el pasto.

Tragó un gran litro de saliva, uno de los chicos el cual estaba sentado le había visto y ladeó la cabeza para que todos los de alrededor captaran la atención hacia el chico espía.
Uno de ellos estaba agarrando paso hacia Jisoo pero una mano pesada se interpuso en su hombro: —Es para mí.

Dijo Seungcheol, entregándole lo que sobraba de su rollito de papel humeante.

Sintió la mirada pesada del mayor hacia él mientras poco a poco se acercaba.
Lo pasó y cuando ya le había arrebasado, estiró su brazo para tomar el cuello de la camisa de Jisoo y arrastrarlo tras de él abriendo camino frente al campus y en medio de los dos edificios.

Parados, Seungcheol se volteó de golpe y expresó una facción de "¿Qué quieres?"
Jisoo miró al suelo mientras le extendía un emparedado bien preparado y envuelto.

—No lo necesito.

Seungcheol dió dos pasos fuera del campo de los dos. Jisoo volteó rápido.

—Espera. —Dijo alarmado poniendo sus manos al aire para pararle el paso.—¿No lo quieres?

—No recibiré la lástima de un renacuajo que da más lástima.

Respondió el otro mostrando cada punto de desinterés en sus palabras y cara.

—¿Por qué no quieres ingerir ésto pero sí aquello? —Jisoo le cuestionó refiriéndose a la cosa que Seungcheol antes aspiraba con la boca, mientras le miraba con ojos que reflejaban duda y desconocimiento. —Ésto es rico y te da nutrimentos, aquello no.

Seungcheol ignoró la pregunta y en cambio le devolvió el acto con un gran suspiro y torciendo los ojos. Le arrebató de las manos el aperitivo.
Jisoo no dijo nada pero Seungcheol leyó su expresión como un "¿¡ Lo comerás !?" A lo que asintió, y sin más palabras en el encuentro, se marchó.

Los pómulos de Jisoo se elevaron y arqueó su boca, estaba feliz, estaba muy feliz.

La semana corrió y todos los días se repetía el acto como si de una rutina se tratase.
Jisoo apartaba parte de su receso para dirigirse al otro edificio y entregarle al pelinegro un emparedado que él mismo preparaba y envolvía, con la felicidad de mil dioses.