caputulo cuatro: El extraño

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Ethan


Yo me encontraba completamente, dormido. Cuando Alex llego con el extraño.

Cuando puso un pie en la casa, senti una inseguridad icreible. Senti que algo iba a cambiar, pero no sabia si era para bien o para mal.

Me levante del sillon y me acerque a la puerta para darles la bienbenida.

- Hola Al, ¿Quien es el?- pregunte  para quitarme la duda.

- Lo mismo pregunto- dijo el extraño, mirandome con odio.

-Vamos chicos, no sean así- trato alex de calmar la situacion- Mira Free el es mi compañero de apartamento, te conte de el.

-¿¡Pero que hace aqui de todos modos!?- pregunte ya un poco ofendido.

- Bueno... mejor vamos a presentarnos. Free Ethan, Ethan Free- dijo señalandonos al anunciar nuestros nombres.

Free rompió la linea de odio que formaron nuestros ojos.


-Bueno Free vivira con nosotros, durante un tiempo. Si algo pasa solo dime, ¿Vale?- dijo asercandoce a mi, con una sonrisa clara y sincera.

Con solo ver su cara, me senti que podría alcanzar el cielo si quisiera.

(como me encantaria que esta historia fuera un comic)

Alex

La tencion de la situacion me mata, juro que si no se comportan los sacare a los dos de la casa.

Camine a la cocina para preparar algo para comer, pero al voltear a atras, otra vez se encontraban mirandose con odio.

Ok, suficiente.

Tome una cuchara larga de madera y se las arroje con todas mis fuerzas.

-¿Pueden parar de verse así?- dije con un aire de superioridad- Ahora vivimos juntos haci que tendran que llevarse bien, da igual como. Por que si no lo hacen tendran que buscar otro lugar para sus cosas.

Ellos solamente apenados bajaron la mirada al suelo, apenados.


Minutos mas tarde...


Free salio de la regadera y le prete mi toalla, para que se secara. 


Le regale un sueter que me quedaba muy grande para mi gusto, pero a el le quedaba perfecta mente bien.

Narra Free


Cuando terminamos de comer, la mejor cena del universo. Me mostraron un cuarto con una cama. Las sabanas eran suaves y blancas, de un color blanco inmaculado.

– Tu dormir as aquí, si necesitas algo mi cuarto esta a lado. – Dijo Alex con una sonrisa.

– Esta bien, muchas gracias– conteste nervioso.

– Buenas noches– dijo retirando se y serrando la puerta detrás de el

Apague la luz y me acosté en la cama, asiendo me bolita.
Mi corazón latía con fuerza.

– Alex...mh.

El me atraía, sentía que mi corazón se salia siempre que esta cerca de mi.
Yo lo amaba, mas de lo que un ser humano podía. Ya que yo no soy un ser humano
Soy un demonio...

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Que tal?
Les gustoooooo???
Si lo se, soy malo.
Muajajajaaaaa.

muy maalo aja xd

que en paz descance mi yo del pasado

El discurso de los siete vientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora