Capítulo 2 | Viejos amigos.

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—Podrías haberme contestado el celular— dijo ella, suspirando en modo de desaprobación.

—Mamá, ya te dije que lo siento— mencioné por tercera vez.

—Sólo necesito saber si estás bien, nada más.

—Si, ya sé— suspiré —¿No te preocupes por mi, sí?

—Soy tu madre, Caroline. Jamás dejaré de preocuparme por ti— sonrió y salió por la puerta principal.

—¿Tienes hambre o algo?— pregunté a Lin.

—No, gracias. Comí de venida— tomó un par de revistas que estaban sobre la mesa —Veremos cuál es la nueva receta que se ha estado leyendo tu madre.

—Aún sigo esperando alguna señal de Stefan— miré la pantalla del celular  —¿Debería llamarlo yo?

—Verás que pronto llamará, hazme caso.

—Estábamos de maravillas— dejé mi cuerpo caer sobre el sofá —De nuevo lo he arruinado todo.

—¿Porqué simplemente no puedes aceptar tu naturaleza?, somos vampiros, Caroline, nos alimentamos de humanos.

—No puedo Lin. Es como si fuera que cada vez que me alimento la conciencia me pesa. Ver sufrir a otro por mi necesidad de mantenerme de alguna forma viva, de sentirme viva, es demasiado egoísta.

—Espera.

—¿Qué?

—Stefan está aquí.

Agudizé los oídos para oir mejor. Podía escucharlo aproximandose a paso lento, casi con los pies arrastrados, directamente hacia la puerta principal. La tocó suavemente, y me lo imaginé metiendo las manos en los bolsillos, cosa que hace siempre cuando se pone a esperar.

—Estaré en la cocina leyendo esto— dijo Lin mientras tomaba la revista que estaba leyendo.

Me acerqué a la puerta, no quería enfrentar todo aquello de nuevo. No era la primera vez que teníamos estas diferencias, y más de una vez yo habia fallado a nuestras reglas. Nunca he tenido la voluntad ni el control de Stefan, pero desde el fondo de mi corazón lo intento tanto como él.

Abrí la puerta. Él me miraba sin expresión alguna. Tenía miedo de lo que podía decir, o de como reaccionaria. Sé que él pone mucho esfuerzo en mi y me apoya en esos momentos en los que siento una necesidad desesperada por alimentarme. Solo que a veces, cuando no estoy con él, recordar sus palabras no son suficientes.

—Está vivo— instantanetamente sentí como mi cuerpo se relajó, como si me hubieran quitado un peso de encima —Se encuentra en el hospital. No recuerda nada.

—Me alegra mucho saber eso— dije, y el siguió sin inmutarse.

—¿Realmente te arrepientes?, porque a veces creo que solo tratas de mentirte a tí misma, y a mí— soltó.

—Claro que si, Stefan. Tú más que nadie deberías saberlo— fruncí el seño algo desconcertada —¿En serio crees que podría ser diferente?

—Es lo que dices siempre. "¡Perdón Stefan, yo no quería!", "¡No puedo con la culpa!", y luego vuelves a caer, a pesar de que siempre lo prometes.

—¿Acaso tú nunca has fallado?, ¿O eres perfecto?, ninguno de los dos lo somos. Me hablas como si fuera un gusto para mi hacerle daño a otros. Siempre me he esforzado por ser la chica que tú deseas que sea, la chica que yo deseo ser, pero a veces siento que no es suficiente, es como si hubiera oscuridad en mi — comencé a sollozar —Y todos los días luchó contra ello, mientras tú solo vienes y me reprochas por todo.

Debility || Klaroline Donde viven las historias. Descúbrelo ahora