Capítulo 10 | "El enemigo de mi enemigo, es mi amigo"

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  Caroline.

Conducía a toda velocidad hacia la casa de Bonnie, con una mano plantada en el volante y la otra en el celular llamando a Damon desesperadamente. Mi respiración estaba agitada, sentía mi corazón latir a mil por hora, y la agonía me invadía a cada minuto que pasaba.

Carol Lockwood lo sabía, sabía que Stefan era un vampiro y temía lo que pudieran hacer con él. La forma en la que lo llevaron, como si no importara el hecho de que eran buenos amigos y había respeto mutuo, me hacía pensar que no tendrían ninguna clase de piedad con él, a pesar de no ser como todos los vampiros y causar estragos en el pueblo.

Pero, ¿Cómo lo supieron?, nunca dimos indicios de nada. Stefan se controla muy bien y jamás ha tenido ningún incidente, hasta toma de animales para no levantar sospechas, ¿Cómo es que pudieron enterarse de quien era en realidad?

Si tenían a Stefan, era seguro que primero lo torturarían para sacar información, y si no resiste, se enterarían de todos los demás, de Damon, de Elena, de mi. Ya ningún lugar es seguro.

—Caroline— escuché un susurro.

Miré para todos los lados pero no había nadie.

—Caroline, espero que puedas escucharme— se oyó el susurro de nuevo.

—¿Bonnie?

—Caroline, si puedes escucharme, no vengas. Carol Lockwood ha estado aquí y preguntó por ti, no se veía muy agradable, sea lo que está pasando, desaparece Caroline, donde nadie pueda encontrarte.

—Bonnie— la llamé de nuevo.

—Están moritoneando todas las llamadas y mensajes en el área de Mystic Falls, debes salir de la ciudad, toma tus cosas y vete, cuando estes fuera, busca una bruja para que puedas comunicarte conmigo. Te quiero.

—¡Bonnie!— grité, pero su voz ya no se oía.

Tomé dirección hasta la carretera, casi a punto de llorar, Stefan estaba atrapado, tal vez mi amiga también, Damon no contestaba los mensajes y Elena seguía en otra parte del continente, no tenía nadie más a quien recurrir.

Excepto a una persona.

Klaus.

—Como es que la encontraste— miraba a Elijah con desprecio.

—¿Sabes cuantos años estuve en ese maldito ataúd?— Rebekah gritaba —Y ahora tengo que salvarte de una brujita y un vampiro de cien años— rió cínica —No lo mereces.

—Rebekah, cálmate por favor— exclamó Elijah.

—¿Estás de su lado?— preguntó.

—No estoy del lado de nadie, no es momento de discutir.

—Fue por tu propio bien— dije.

—¿Por mi propio bien?— se acercó a mi —Te atreves a decir que fue por mi propio bien encerrarme en un ataúd por más de 60 años.

—Es suficiente— Elijah se limpió las manos ensangrentadas —Es hora de irnos.

Miré la barra del bar buscando mi celular y lo tomé. Me fijé en la hora, 19:05 p.m, y tres llamadas perdidas. Antes de que pudiera hacer otra acción, el celular comenzó a vibrar de nuevo, una llamada entrante.

Llamando. Stefan Salvatore.

—¿Estás listo para irnos?— preguntó Elijah.

Tomé la llamada.

—Voy a sacarte el corazón y hacer que te lo tragues la próxima vez que te vea— dije.

—¿Klaus?— una cálida voz hablo desde el otro lado.

—¿Caroline?— podía escuchar su respiración agitada.

—Klaus, necesito tu ayuda.

—No sé a que se debe esta llamada pero te aseguro que no estoy interesado en meterme en ninguno de los asuntos de Stefan— dije frío.

—Stefan está desaparecido.

Me quedé mudo por un segundo.

—Se lo llevaron hace unas horas, Carol Lockwood se lo llevó.

—¿Y por qué piensas que debería ser mi problema?

—No solo se llevaron a Stefan. También se llevaron a Lindsey.

Miré a Elijah, quien estaba esperando impacientemente en la puerta del bar.

—Mira, Klaus. Créeme que jamás te llamaría si no fuera importante, es más, detesto tener que hablar contigo, pero ahora mismo eres el único que tiene la fuerza para ayudar a Stefan. Sé que han tenido muchas diferencias, y sé lo que hizo antes de que te fueras, pero te pido, te ruego, que si algo sientes por él, si recuerdas algo de esa hermosa amistad que antes tenían, ayúdalo.

Suspiré profundo, con miles de pensamientos pasando por mi cabeza. Pero no era solo Stefan, si no Lindsey, y por lo tanto, Elijah.

—Dime que tengo que hacer.

—Estoy en la ciudad de Richmond.

—Te veré allí entonces— colgué.

—¿Pasa algo?— preguntó Elijah.

—Lindsey y Stefan— están desaparecidos.

—¿Qué Stefan que?— preguntó Rebekah.

—Se los llevaron hace unas horas, caza vampiros. Caroline acaba de llamar a pedir nuestra ayuda.

—¿Quién mierda es Caroline?— dijo Rebekah.

—La novia de Stefan— contestó Elijah sin inmutarse —Iremos allí y lo salvaremos a los dos.

—Bueno, patear unos traseros no viene mal después de estar sesenta años dentro de un ataúd— sonrió Rebekah.

—Esperen— mencioné para llamar su atención —¿Y si esto es una trampa?

—Vamos como corderos al matadero— dijo Rebekah.

—No voy a dejar que Lindsey muera— respondió Elijah subiendo al carro —Es su última oportunidad.

—Supongo que yo tampoco dejaré a Stefan morir— Rebekah subió al carro —¿Nik?

—Que más da— subí al carro y emprendimos marcha.

No estaba seguro de cual era la razón principal por la que estaba yendo a Richmond para salvar a Stefan, pero lo que si sabía era que, ningún mal que haya sucedido podrá compararse con el tormento que lo haré pasar cuando lo encuentre.

El único que va a acabar con Stefan Salvatore seré yo.

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⏰ Última actualización: Apr 27, 2018 ⏰

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