{ capitulo 21 }

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Lauren arrugó el rostro y leyó la carta rápidamente.

-Sí —admitió de mala gana—. Pero no tiene derecho a decirte que pensé en abortar.

—Creo que sólo lo ha mencionado para demostrarme que le hubiera gustado conocerme mucho antes —respondió ____ en tono amable—. No te culpo por haber pensado en abortar...

-Puedes darle las gracias a Hilary de que no lo hiciera —admitió Lauren—. Pero no me arrepiento de haber abandonado a Desmond. A sus veinticinco años era tan soso y aburrido como un viejo... No era mi tipo.

-¿Por qué me dijiste que yo era el resultado de una aventura?—quiso saber ____—. Me hiciste creer que no sabías quién era mi padre.

Lauren se echó a reír.

-Porque temía que me odiarías por no haberme casado con Desmond y haberte dado una infancia normal.

-Me alegro que no te casaras con él por mí —le dijo ______ sinceramente—. No habría funcionado, siendo tan diferentes como dices.

-¿Vas a ponerte en contacto con él? —le preguntó

Lauren, frunciendo el ceño—. No es lo que se dice una persona muy divertida.

-Es mi padre. Y sí, me gustaría conocerlo.

-Oh, por supuesto que es tu padre —confirmó Lauren con un suspiro, como si aquella certeza le avergonzara más que cualquier otra cosa.

Al día siguiente ______ llegó a Londres con Christian y Kasma y se subió a la limusina que las esperaba en el aeropuerto. Se había vestido con esmero con un elegante traje morado, tacones altos y otros accesorios para no parecer una secretaria. Kasma, que sólo había estado una vez en el extranjero, no cabía en sí de entusiasmo, y Christian estaba tan adorable como siempre con su ropita a rayas. Cuanto más se acercaban a su destino, más nerviosa estaba _______.

Hazlehurst parecía un lugar idílico bajo el sol estival. La temible ama de llaves pareció sorprenderse cuando _____ llegó con un niño pequeño a la imponente mansión georgiana, pero enseguida llamó a otra criada para que acompañara a Kasma y a Christian al cuarto de los niños. A ______ se le formó un nudo en el estómago y se le empapó la piel de sudor cuando la hicieron pasar al salón para ver a Justin.

Los grandes ventanales ofrecían una fabulosa vista del césped que se extendía bajo las hayas. Justin estaba de pie junto a una ventana, impecablemente vestido con un traje oscuro de raya diplomática. Su rostro no expresaba la menor emoción, pero el brillo de sus ojos hizo pensar a _______ que quizá no estuviera tan tranquilo como pretendía demostrar. La estaba mirando como si nunca antes la hubiera visto.

—Lo sabes... —dijo ella con una voz exageradamente aguda. A pesar de su intimidatorio aspecto, Justin seguía teniendo el poder de cautivarla con su magnetismo sexual. Por muchas preocupaciones que tuviera _____ en la cabeza, seguía recordando las poderosas embestidas de aquel cuerpo perfecto que la llevaban al éxtasis.

-He recibido los resultados de las pruebas esta mañana. Al principio no podía creerlo —dijo Justin sin apenas separar los labios.

-Deberías haber sabido que yo jamás te mentiría en algo que podía demostrarse tan fácilmente —respondió _____—. Christian es tu hijo.

-Pero sigo sin recordar nada —se lamentó Justin en voz baja, resentido consigo mismo por los fallos de su memoria—. Es evidente que algo ocurrió, pero me resisto a creer que me acosté contigo aquella noche y que además lo hice sin protección.

_____ se estremeció ante sus duras palabras.

-Lo único que puedo decirte es que los dos estábamos muy afectados aquella noche y no nos pareció que hiciéramos nada malo.

Por la forma en que la miraba parecía querer arrancarle los recuerdos también a ella, en vez de compartirlos. No estaba reaccionando a la verdad como ella se había esperado, y sin embargo no podía culparlo por ello.

-No quiero oír más tópicos. Quiero saber exactamente lo que pasó entre nosotros.

______ se mordió el labio. No estaba segura de lo que Justin quería oír.

-Pasó lo que ya sabes...

-Quiero saber lo que hice, lo que dije, lo que hiciste tú... Quiero saber hasta el último detalle.

_____ tragó saliva y sintió cómo se le pegaba la lengua al paladar.

-No recuerdo mucho —mintió a la desesperada.

-¿Tú también has perdido la memoria? —le preguntó él en tono desdeñoso.

-No... no lo sé. ¡No tengo a nadie con quien compararte!—exclamó ______—. Era virgen.

Justin asintió.

-Muy bien, pues habla.

Matrimonio tormentoso -Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora