-{ capitulo 41 }-

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______ apartó la bandeja después de haber saciado su apetito y soltó una carcajada.

-Claro que lo entiendo. Te gustaría atarme una etiqueta al tobillo con tu nombre.

—Estoy hablando en serio. No tiene nada que ver con ser celoso o posesivo —se apresuró a aclarar Justin —. Es una cuestión de decencia, nada más.

—Lo sé. Y yo también puedo hablarte en serio.... No me gusta esta cama, sabiendo que Stephanie eligió las colchas y que durmió aquí contigo. Pero no espero qué te deshagas de la cama sólo por complacerme. Hay que ser más razonable.

Justin se quedó perplejo por la comparación.

-Tendré que cambiar todas las camas...

-Eso sería absurdo —objetó ____—. Hay cosas con las que tenemos que vivir.

Justin se levantó y la miró desde arriba, muy serio.

—No voy a permitir que pasees de la mano con Damon Marios. ¡La próxima vez que se le ocurra tocarte lo mato! Y me da igual si no te parezco razonable.

Salió de la habitación hechó una furia, dando un portazo tras él. ____ suspiró y apoyó la cabeza en la almohada para pensar en la situación. Estaba casada con un hombre mucho más posesivo de lo que nunca se hubiera imaginado. Su amistad con Damon era absolutamente inocente, pero Justin jamás lo vería así. Justin siempre la había visto como si fuera de su propiedad, atribuyéndose el exclusivo derecho de intervenir en su vida privada. Ella no debería habérselo permitido, pero hasta ese momento no se había percatado del verdadero alcance de sus celos.

Sonrió con tristeza al recordar las mujeres que habían pasado por la vida y las camas de Justin. Ella había tenido que presenciar sus aventuras con el corazón encogido y se había pasado muchas noches llorando por la desenfrenada vida sexual de su jefe, aunque nadie le había hecho derramar más lágrimas que Stephanie Meyer, quien había creído poseer el corazón de Justin además de su cuerpo. Pero al analizar con más calma la situación, empezó a darse cuenta de que, siendo la esposa de Justin, tenía que aprender a controlar mejor sus celos y sospechas.

Justin la había seguido hasta Londres sólo para ofrecerle su apoyo tras el amargo enfrentamiento con su madre. Lo había hecho a pesar de ser un hombre muy ocupado y no tener tiempo ni paciencia para las tonterías de Lauren. Las molestias que se había tomado por ella no dejaban de sorprenderle, aunque tenía que admitir que no era la primera vez que Justin demostraba ser tan atento y considerado.

Estuvo durmiendo varias horas y no se despertó hasta después de medianoche. Descubrió que seguía vestida y se levantó para desnudarse y darse una ducha. A través de la puerta que comunicaba con el dormitorio contiguo oyó las noticias de la televisión y pensó que era allí donde debía de dormir Justin. Era lógico; después de haberlo rechazado en Hazlehurst no podía esperar que compartiera la misma habitación con ella.

Se secó el pelo, se puso un camisón que sacó de la maleta y volvió a la cama. Durante media hora estuvo dando vueltas y pensando en Justin. Lo echaba terriblemente de menos y se sentía sola y desamparada sin él. De repente se incorporó en la cama, se preguntó si era una mujer o un ratón, y volvió a levantarse.

Entró en la habitación sin llamar y se encontró con una oscuridad total.

—Soy yo —anunció, sintiéndose tremendamente cohibida.

—No me pareció que fuera un ladrón —murmuró Justin.

A la débil luz que entraba por los bordes de las persianas _____ distinguió la forma de la cama y se dirigió a ella como una paloma mensajera. Retiró la manta y se deslizó en el colchón hasta encontrar el cuerpo cálido y duro de Justin.

—¿Has pensado en las consecuencias si te quedas, yineka mou? —le preguntó él, poniéndole una mano en la cadera para apretarla contra su erección.

Con la boca seca, el corazón desbocado y jadeando en busca de aire, ______ se acurrucó contra él.

—Sí —respondió, animándolo con un pequeño meneo de sus caderas—. Voy a volver contigo a Francia mañana.

Justin se colocó encima de ella y la besó apasionadamente. Olía a vino y a sexo, y el calor que desprendía su cuerpo avivó la pasión de _____ como una llama azotada por el viento.

—Así podremos disfrutar de la luna de miel que no tuvimos —le dijo con una voz cargada de sensuales promesas.

—No es la única razón por la que voy a regresar a Francia —susurró ella mientras él la agarraba de la mano y la bajaba hasta su durísimo miembro.

______ se estremeció, lo agarró del pelo con la otra mano y buscó ávidamente su boca con la suya. Su excitación se descontroló por completo y no volvió a dormirse hasta mucho después de que hubiera amanecido.

Matrimonio tormentoso -Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora