{ capitulo 23 }

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-Prueba a jugar con él —le sugirió a Justin.

-Nunca he jugado con un niño —dijo él—. ¿Es siempre así de nervioso o sólo conmigo?

-Los niños son muy sensibles al entorno, y tú y yo estamos muy tensos.

Justin observó con interés la carita de su enfurruñado hijo. Examinó su pelo negro y alborotado, su piel morena, sus grandes ojos oscuros y la forma con que se aferraba a su madre. El parecido físico era tan evidente que se sorprendía por no haberlo descubierto antes. ¿Por qué ningún sexto sentido le había hecho mirar de cerca al supuesto primo de ____? ¿Por qué no había relacionado los extraños mareos de ____ con sus ocho meses de permiso? La respuesta estaba muy clara.

No guardaba el menor recuerdo de su breve aventura con ____, y había confiado ciegamente en ella sin sospechar que pudiera estar engañándolo. Ésa era la verdad, y no había que darle más vueltas.

____ le entregó un libro con ilustraciones.

-Es el favorito de Christian. Lo pondré en la sillita y así podrás leérselo y enseñarle los dibujos.

-¿No es demasiado pequeño para los cuentos?

-Siempre se queda muy callado y atento cuando le leo un libro. A los niños les gustan los rituales familiares.

Justin se sentó a regañadientes en el sillón junto a la trona y se inclinó para quedar a la altura de su hijo.

-No tienes por qué quedarte —le dijo a ____—. No quiero tener público.

A ______ le habría gustado quedarse y aconsejarlo si fuera necesario, pero Justin siempre se había valido por sí mismo para enfrentarse a cualquier desafío. Salió de la habitación y cerró la puerta. Volvió a oír los sollozos de Christian y dejó escapar un suspiro mientras se alejaba.

Justin debía aprender a ser padre.

Justin nunca se había visto obligado a entretener a un niño, pero su aguda inteligencia no tardó en ayudarlo. En pocos minutos había vaciado la caja de juguetes y se los enseñaba uno a uno a su hijo. El niño dejó de llorar y poco a poco empezó a responder a los estímulos. Sonrió cuando Justin lo sacó de la trona y lo sentó en la alfombra, y respondió con alegres gorgoritos a los ruidos que hacía un juguete. Alargó sus regordetas manos hacia el juguete y empezó a aporrearlo, y volvió a quejarse cuando no consiguió arrancar el mismo sonido. Justin le hizo ara demostración y le agarró el puño para enseñarle dónde debía presionar. Christian se rio encantado y estuvo golpeando varias veces el juguete, hasta que se cansó y le tendió los brazos a Justin para que lo levantara.

Arrodillado frente a su hijo, preguntándose cuándo sería lo bastante mayor para apreciar los juguetes mecánicos, Justin se quedó atónito ante la inesperada invitación. La sonrisa del bebé lo sacó de su desconcierto y lo levantó en sus brazos. Christian agarró a corbata de su padre y se la llevó a la boca. Justin se la quitó con delicadeza y le buscó rápidamente otra fuente de distracción, encontrándola en la ventana. Mientras le enseñaba a su hijo los árboles, el tractor y las ovejas, el pequeño Christian se reía como loco e intentaba imitar los movimientos de sus dedos. Sus grandes ojos marrones brillaban de vida y regocijo.

Para Justin, aquellos primeros minutos que compartió con su hijo se convirtieron en uno de los momentos más importantes de su vida. Tan sólo unas horas antes había decidido que aún era demasiado joven y egoísta para ser padre. Y en aquel momento, sin embargo, había sorteado todos los obstáculos que suponía la paternidad y había aceptado las limitaciones que cambiarían su vida para siempre. Tal vez no tuviera experiencia con niños, pero sabía que un hijo era lo más importante en la vida.

Diez minutos después, tenía a Christian sentado en su regazo y le leía algunas palabras del libro de ilustraciones. No sólo eso, sino que se permitía imitar las voces de los animales dibujados.

Cuando _____ volvió a la habitación, una hora después de haberse marchado, todo estaba en silencio. Chris dormía en brazos de Justin, como si hubiera conocido a su padre desde el día en que nació. Sorprendida y complacida por la emotiva imagen, ____ sonrió con afecto y alivio. Fuera como fuera, Justin había conseguido ganarse la confianza de su hijo.

-Me alegro de que decidieras tenerlo —confesó Justin al salir de la habitación—. Pero tendrías que habérmelo dicho al quedarte embarazada.

-Es posible —murmuró ella, bajando la mirada.

-Sabes que sí —insistió él—. Tengo que trabajar un poco antes de la cena —se dirigió hacia las escaleras sin ocultar su irritación.

A _____ no le resultaba nada fácil humillarse. Entró en el dormitorio y pensó en lo que se pondría para la cena. Justin seguía disgustado con ella, negándose a aceptar que ella también tenía motivos de disgusto. Toda historia tenía más de una versión. Justin tenía que reconocer que su amnesia había dejado a ______ en una situación muy difícil, y que la entrada de Stephanie en escena había sido la gota que derramó el vaso. A pesar de la inestimable compañía de Hilary, ______ se había sentido sola y desgraciada durante todo su embarazo, y había dado a luz sin el menor apoyo por parte de Justin. Durante meses había vivido una farsa y había tenido que convencer a todo el mundo de que su vida era maravillosa.

Desesperada por librarse de su angustia, sacó la carta de su padre y volvió a leerla. Decidió que llamaría a Desmond Bury en aquel momento, sin memorizar un guion prestablecido. Desmond tal vez era su padre, pero también era un desconocido con quien posiblemente no tenía nada en común. Aunque por otro lado, su madre y ella eran tan diferentes que albergaba la esperanza de encontrar algo de sí misma en su padre.

El corazón casi se le salió por la boca cuando hizo la llamada y le respondió una voz de hombre. Percibió la sorpresa de su interlocutor cuando ella se identificó, pero Desmond mostró entonces un entusiasmo conmovedor y empezó a hacerle todo tipo de preguntas. Se quedó gratamente sorprendido cuando ella le dijo que tenía un hijo y se extrañó que la noticia no hubiera aparecido en los periódicos. Ella le dijo que se encontraba actualmente en Inglaterra y él le preguntó si podrían verse en Londres. _____ aceptó la invitación y se citaron para comer al día siguiente.

Orgullosa por haber tenido el valor de hacer aquella llamada, se duchó y se puso unos pantalones negros de seda y un top azul zafiro. Se puso a hojear una revista que había comprado en el aeropuerto y frunció el ceño con desagrado al ver una foto de Stepahanie, vestida a la última moda y declarando lo mucho que le gustaba vivir en París. Pero lo que más llamó la atención de _____ fue el fondo de la foto, que le resultaba sospechosamente familiar. Conocía aquella calle... La conocía muy bien, porque en ella estaba la casa que Justin poseía en la capital francesa. Entonces recordó la foto que había visto de Justin y Stephanie en un café de París y se preguntó si sería el mismo local que estaba a pocos metros de la casa.

¿Sería posible que Stephanie estuviera viviendo en la casa que Justin tenía en París? ¿O sólo sería una coincidencia? La casa de Justin estaba situada en uno de los barrios más elegantes y fotogénicos de la ciudad, pero aun así... Justin nunca había sido una persona fiel a la hora de buscar compañía femenina. Era lógico que sospechase de él. Tal vez se hubiera casado con ella, pero no le había dado ninguna garantía de fidelidad. Y era muy posible que hubiera decidido volver a las andadas tomando como excusa las mentiras de _____. ¿Acaso no le había dicho que habían acabado como pareja?

¿Por qué no se había percatado antes? Había declarado roto el matrimonio antes de marcharse a Londres. Hasta Lauren se había dado cuenta. Sólo _____ había sido lo bastante ingenua para presentarse en Hazlehurst con la ridícula esperanza de que, una vez que Justin descubriera la verdad sobre Chris, la recibiera con disculpas, comprensión y clemencia.

Matrimonio tormentoso -Justin Bieber Donde viven las historias. Descúbrelo ahora