Mis Hermanos y Yo [MISHYY #1]

Capítulo 43

Siento un golpe en mi cara y despierto rápidamente, Perrie. No sabe dormir bien, se mueve a todos lados en todas las posiciones existentes y me aplasta. Resoplo y quito su brazo de mi rostro para darme la vuelta y seguir durmiendo, pero de nuevo decide estirarse golpeándome una vez más. No podré, no así, así que mejor me levanto de la cama.

Debí mandarla con Chris en la noche.

Salgo de la habitación como zombie, con planes de ir a la cocina y hacerme un café, pero me toman del brazo y me encierran en una habitación. Me suelto de manera brusca para sobarlo y verlo con el ceño fruncido.

—¿Qué te pasa?

—¿A tí qué te pasa? ¿Qué andabas haciendo en la playa con el tipo ese, eh?

—Jason—afirmo y asiente.—sólo hablamos, ¿Qué tiene de malo?—alzo una ceja.

—¿Cómo que qué tiene de malo? James lo odia.

—Es su problema, no el mío.

—Pero tú y él están juntos.

—¿Qué?—aparece el otro rubio con un cepillo de dientes en mano, lo saludo con una sonrisa y le hago una seña para que se vaya, y así lo hace.

—No, Shawn—volteo a verlo y me cruzo de brazos.—no estamos juntos

—Pero...

—Se acabó ayer, si quieres saber, Cristal tiene que ver con ello. Ahora, quiero irme por un café, ¿Gustas?—me mira sin entender, yo alzo una ceja.

—¿Por qué estás tan tranquila?

Ruedo los ojos y suelto un suspiro.

—No voy a llorar por alguien que no vale la pena Shawn, la vida sigue, ¿Vas a querer el café?—niega.

—¡Yo sí!—exclama él otro desde no sé dónde.—¡Dos y dos, con crema!

—¡Bien!

Salgo de la habitación con la mirada de Shawn sobre mí.
Espero que no le diga nada a mis hermanos, ellos van a asesinar sin preguntar antes, son unos salvajes.
El teléfono de la casa me distrae así que me desvío de mi camino a la cocina para ir por él hasta la sala.

—¿Bueno?

—Hola cariño.

—Hola, Melissa, ¿Cómo están?

—Muy bien. Tu padre envía saludos—sonrío.—¿Cómo la están pasando?

—Bien, hasta ahora nadie a muerto—ríe.

—Eso es bueno, nos alegra, ¿Alguno de mis otros hijos está despierto? Quisiera hablar...

—Deja checo, acabo de levantarme así que no estoy segura.

—Claro, espero cariño.

Aparto el teléfono de mi oreja para salir de la sala e ir a la cocina y ver si hay alguien despierto. Para mi buena suerte, James lo está. Me coloco el teléfono en la oreja de nuevo mientras veo a James darme la espalda haciendo quién sabe que cosas con los sartenes.