Mis Hermanos y Yo [MISHYY #1]

Capítulo 47 [Capítulo final]

Salgo del baño secando mi cabello lo mejor que puedo mientras voy hasta mi cama.

—James dejó algo en la cama—dice Perrie pasando junto a mí para salir.

Al entrar veo un vestido color vino de tela fina y delgada, ajustado de la cintura y, con puntas en la falda, sobre él hay una caja de zapatos y una hoja con el número uno grande; a un lado hay un traje de baño negro, unos shorts levis y una blusa corta de color negro, sobre eso una hoja con el número dos.

Dos cambios. Me encojo de hombros y comienzo a cambiarme. Me maquillo sólo un poco y me coloco bálsamo en los labios solamente.

Cuando termino, tomo un bolso para guardar el segundo cambio de ropa y salgo de la habitación con una sonrisa algo triste. Se va a ir y voy a sentirme extraña, ya me había acostumbrado a su compañía, y se va a ir pronto, todo pasó tan rápido que no puedo creerlo.

Pasamos del odio al amor en tan solo un mes, ahora somos como una familia reconstruida con diferentes piezas que aún así encajan.

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—¿Ahora a donde vamos?—pregunto mientras termino de ponerme las sandalias.

—Creí que eras más inteligente—volteo a verlo y ríe como si supiera lo que pienso.—ya verás.

Suspiro y me recargo en la ventanilla mirando el camino siendo iluminado por las luces del auto. Estamos alejándonos de la playa.

—¿Qué sucede?

—Ya sabes lo que sucede...

—Alissa, sabes que a mí tampoco me gusta esta idea de... Irme—se queda callado unos segundos.—el irme no significa que lo nuestro vaya a terminar, yo no voy a conocer a nadie más porque te quiero.

Sonrío con ternura y lo tomo de la mano provocando que una sonrisa se forme en sus labios.

—Quisiera besarte en estos momentos, pero no quiero provocar un accidente—sonríe aún más pero no dice nada.

Y así es el resto del camino, unas cuantas conversaciones cortas, silencio, preguntas, respuestas, silencio. Hasta que llegamos a nuestra casa, a la que acabamos de mudarnos, frunzo el ceño y volteo a verlo.

—¿Aquí?

—Sólo ven—baja del auto, lo rodea y me abre la puerta, le sonrío y bajo.

Me toma de la mano mientras que con la otra enciende una linterna y comenzamos a caminar hacia el patio trasero.

Las luces de la casa están apagadas y solo las del jardín delantero se encuentran prendidas, lo que significa que los señores de la casa no han vuelto de su luna de miel, ¿Qué piensan? Sólo era una semana.

Comenzamos a entrar al bosque y James alumbra los árboles en busca de algo, hasta que se detiene en uno con una equis amarilla. Sonrío un poco. El río.

Seguimos nuestro camino tomados de la mano, en silencio pero en uno bastante cómodo. Cada vez nos acercamos más y logro ver algunas luces alrededor del agua brillante bajo estas, todo muy lindo, me pregunto cómo hizo para que las velas duraran tanto tiempo.
De repente alguien sale de entre los arbustos espantandome.