D I E C I N U E V E

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MALAS DECISIONES

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MALAS DECISIONES

Leonel:

Estoy seguro que ahora si estoy metido en un buen problema, no tengo ni la menor idea de cómo explicarle esto a Luna, esto podría separarnos y no lo quiero. Dios, soy un completo idiota, ¿por qué me permitiste hacer semejante tontería?

Lo primero que salta a mi vista cuando entro al salón es esa melena negra que tanto amo, se nota que está durmiendo y puedo ver que está un poco más blanca de lo normal, ¿vino enferma a la escuela? Eso es irresponsable de su parte.

Camino hasta ella y dejo un suave beso en su frente, mi querida Luna se agita un poco, no quería despertarla, pero eso fue lo que conseguí.

—Déjame dormir otro poco, papi.

Vuelve a reacomodarse en su lugar y se queda dormida otra vez. La observo con melancolía, soy el idiota más grande del planeta, por un maldito arranque de coraje cometí la más grande estupidez de la historia y temo perder a la chica que realmente amo, ya no creo poder vivir sin ella, tengo que arreglar esto a cualquier costo.

Trato de tocar sus mejillas, pero una mano sujeta la mía antes de poder tocarla, su cabello se desliza en una suave caricia sobre mis dedos, estoy sumamente molesto con quien me detuvo.

—¿No deberías hacerle eso a tu novia, Leonel?

Reconocería esa estúpida voz en cualquier lugar, me suelto de su agarre y me giro para poder enfrentar al imbécil de Daniels. Nos vemos con ganas de matarnos, me encantaría cortarle el maldito cuello y hacerlo desaparecer para siempre de mi vida.

—Déjala en paz, Knight —Sonríe tratando de retarme—. Luna no te pertenece y deberías ir a ver a tu novia, apuesto a que a ella le encantaría verte. Además, Luna ya tenía planeado estar conmigo hoy.

Mi mano se hace puño, me encantaría poder estrellarle el puño en la cara y hacer que se trague sus estúpidas palabras, Luna es mía y ella jamás aceptaría ir a ningún lado con este idiota, nunca lo haría.

—Este es mi salón de clases así que me quedo lo quieras o no —Aprieto con más fuerza mis puños—. El que debería irse eres tú y ya que te interesa tanto mi vida amorosa deberías ir a informarle a mi novia que estoy con Luna.

Beckha da un paso al frente, no dejo que me intimide, por eso le mantengo la mirada, este idiota no me da miedo y soy capaz de darle un golpe que lo envíe directo con Morfeo.

—No soy tu mensajero ni tu asistente para hacer lo que quieras, Knight —Aprieta los dientes, logré provocarlo—, si tienes algún problema con tu novia ve y arréglalos por ti mismo.

Me empuja obligándome a retroceder, oh no, eso sí que no, un Knight nunca retrocede. Esta vez soy yo quien lo encara, ni muerto dejaré que un imbécil de la talla de Daniels me trate como muñeco de trapo.

Ángelus: La NefilimDonde viven las historias. Descúbrelo ahora