Narra Kendall.
Sus suaves labios. Mi dulce perdición. Alejaba el dolor, quitaba preocupaciones, y por un segundo me transportaba a alguna especie de palacio feliz.
Si, tonto. Pero era lo que sentía al besarla.
La manera en que me había enamorado de ella. La manera en que desde que la conocí solo existió su hermosa cara, sus sinceros ojos y su fresca sonrisa.
Cómo esas maripositas se sentían muy extrañas, y después totalmente normales.
Cómo con el pasar los días, sentía que era algo aburrido el amanecer con la misma mujer, hacer lo mismo...todos los días, y aún así seguir amándola.
Me había vuelto un maldito sentimentalista, cuando, al levantarme la veía toda despeinada, usando mis camisetas. Me quedaba horas y horas como un pelotudo observando su cara al respirar, y cuando la molestaba, tocándole suavemente la punta de la nariz, y ella adormilada me la corría con la mano.
Estaba perdido. En todos los sentidos. Estaba cagado hasta la punta de los pies, no quería perderla, y al mismo tiempo, me sentía más enamorado que nunca.— Hazme un favor...— susurró, sacándome de mi hechizo al besarla.
— No me pidas que pare. No de nuevo...No ahora.
— No. No, solo... Quiero que iniciemos terapia de pareja.
— ¿Qué? — su petición me descolocó por completo, y me alejé un poco de ella, para mirarle los ojos.
Sonreí. Los labios hinchados. Esta era mi chica. Solo mía. Hinchada por mis labios, desesperada por mis caricias. Loca, paciente, honesta y humilde. Y era afortunado de tenerla. A de más de ser bella, hermosa e incomparable...era la mujer más noble y confiable del mundo.
— Bueno..., ah raíz de lo que ah pasado yo...eh pensado, que necesitamos terapia, Kendall. Definitivamente algo está mal...tengo...tengo miedo ah que ocurra otra vez y yo...— su voz se quebró, y antes de que le diera tiempo de nada, la abracé.
— Estoy muy arrepentido — tragué en seco— Yo se que te hice daño, y no solo físicamente. Pero también se, que me amas, que te amo, y que no podemos estar separados _________. Yo te necesito, como nunca eh necesitado a nadie. Te amo. La única mujer que eh amado para toda la vida. Si, cometí errores imperdonables, pero te juro, desde el rincón más sincero de mi corazón, que estoy arrepentido. Y que nada de lo que hice, lo hice consiente. — ella acarició mi cabello, mientras sus ojos se cargaban de lágrimas...y los míos los imitaban.
— Yo se que estás arrepentido...pero, mi miedo es no poder olvidar.
— No sé cómo pude...— largué un sollozo, y me enterré en su cuello, mientras volvía a mariconear, y llorar en sus brazos. Ella me consoló...me acarició la cara, el pelo, y nos acurrucamos en la cama, ella sobre mi falda.
— ¿Confías en mí, Kendall? — dijo en un susurro casi inaudible.
Levanté la mirada, y ella me tomó la cara, me acarició el mentón con el pulgar. Y secó mis ojos con el otro.
— No entiendo...— murmuré sin comprender su pregunta.
— ¿Me crees que nunca te eh engañado? — explicó, sollozando ante los recuerdos que seguramente indagaban en su mente.
— Estaba cegado _______. Me parece que si estoy aquí, es porque me di cuenta que fui un completo idiota en no confiar en tu palabra.
— ¿Entonces...?
— Por supuesto que confío en ti, mi reina. — juntamos narices, y en una silenciosa promesa susurró.
— Entonces hagamos el amor.
FIN ♥
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Un Marido Golpeador [ Kendall & Tu 💜]
FanfictionSolo quiero recuperar al marido con el que me case