El Amor Prohibido De Un Romano [Viktuuri/Omegaverse]

3 Quo plus quam societas sit innocentia

»Donde la inocencia puede más que la sociedad«

Una semana después, Viktor despertó mucho más entusiasmado, a pesar de que seguía negando el hecho de que le gustara Yuuri, debía admitir que era muy lindo.
Se alistó, salió de la habitación, se dirigió a la cocina de donde tomó su desayuno y se detuvo en el larario*, tomó su tiempo para rezar a los dioses y cuando estuvo listo, su paigagogus lo acompañó hasta el monótono edificio que, después del segundo día, dejó de ver así.

Pasando por los pasillos dirigiéndose a su salón un tanto apresurado, debido a su mala visión, no notó cuando chocó directo con una de las torres que sostenían el lugar además de servir como adorno; unos chicos que pasaban junto a el no dudaron en reírse pero no le ayudaron, sin embargo, no sabía que su salvación contaba con unos hermosos cabellos platinados de ojos cual zafiros y que además, había visto todo.
Cuando Viktor corrió para ayudar a Yuuri y en el camino les gruñó al grupo de infantes, el menor ya estaba tirado en el piso con unas cuantas lágrimas saliendo de sus achocolatados ojos vino.

—¿Estas bien?— preguntó Viktor como instinto.

—No— le contestó el menor entre hipidos pequeños— no veo bien, mi vista es mala.

—Eso ya lo se, ven levantate, llegaremos tarde.

—De acuerdo.

Con Viktor a un lado suyo ya no podría chocar y el hecho de tenerle cerca lo entusiasmaba de sobremanera. ¿Por qué?

Con el tiempo Viktor y Yuuri se hicieron inseparables, el mayor fue sus ojos cuando no podía ver bien mientras el menor lo salvaba de no ser regañado por dormir en clase, y cuando pasó un año escolar, Yuuri le revelo a Viktor que era un omega y que por esa razón era un esclavo, a pesar de que fue algo que sorprendió a Viktor, el joven no se alejó de el por eso, he incluso, se acercó más.
Ahora no solo era sus ojos, si no su protector de los demás compañeros, no abundaban mucho omegas en la escuela y para Viktor, Yuuri era especial.