El Amor Prohibido De Un Romano [Viktuuri/Omegaverse]

5 Te sentire te absentia

»Tu ausencia se siente«

Cuando un nuevo ciclo empezó en la escuela a Yuuri le pareció que el mismo color monótono que vio el primer día regresaba al edificio.

Ese día fue el más aburrido de toda su vida escolar, sentía un vacío, el vacío que solo Viktor y sus pequeños ronquidos a media clase llenaban. Cuando fue momento de sentarse en pupitres de parejas, Yuuri se quedó solo; su pareja siempre fue Viktor. Su vista, siempre mala, al parecer hizo acto de aparición de una manera más molesta que antes, chocó con mas de una banca y una silla, y si no fuera por que se aprendío el edificio junto con Viktor ya hubiera chocado de cara con algún poste, como el segundo día, donde Viktor le ayudo... Viktor...

El pequeño Yuuri se sentía tan vacío, tan solo, tan triste, tan... incompleto.

Dejó que sus emociones acumuladas por esos meses sin su compañero afloraran y casi sin poderlo evitar, se puso a llorar. Niños mayores y menores pasaban junto al pequeño esclavo que lloraba en una banca solitaria, pasaban a su lado pero nadie se acercó a el, sin embargo, una mujer que pasaba le vio y se sentó a un lado del pequeño; era una mujer elegante, decía en todo su porte "alfa", era alta, delgada, lucía un bello peinado en la parte alta de la cabeza y, por como daban las situaciones, era una maestra de los últimos grados.

─Oye pequeño, tranquilo, ¿qué te pasa? ¿por qué lloras? ¿a caso alguien te hizo algo?─ Yuuri entre hipidos le negó a la mujer─ ¿entonces por qué lloras?─ insistió.

─N-no lo ent-ten-de-deria─ contestó aun entre hipidos; cada vez que recordaba que Viktor ya no estaría más con el lloraba más fuerte.

─Trataría de entenderlo. Pero sea lo que sea que tengas, ven pusilli * vayamos a un aula ¿de acuerdo?─ Yuuri asintió entre pequeños espasmos.

─Extrañas mucho a Viktor entonces, ¿cierto?

─Sí, y no se si volverá o si lo volveré a ver. No quiero q-que ¡se olvide de mi!

─Tranquilo bellus paulo* Yo no te puedo asegurar nada pero piensa en esto: si están destinados, ni importa quienes, como y en que cantidades; siempre podrán salir a adelante juntos y podrán volver a verse─ en los ojos del más joven se llegó a percibir un brillo casi inexistente que se fue tan rápido como llegó y que expresaba su felicidad.

─¿En serio? ─ le preguntó el menor, esperanzado. A pesar de tener los hinchados y la cara roja por el llanto, el pequeño alzó la cabeza para poder ver a los ojos a la mujer.

─ Si el destino así lo dicta, estoy segura ─ Yuuri asintió con la cabeza mas entusiasmado y olvidando que Viktor no estaba casi por completo, ambos salieron del aula de clases para estar presente en el jardín cuando terminara su descanso─ Me llamo Lilia, pusilli. ¿Y tu? sigo sin saber tu nombre.