En sus ojos

235 21 5
                                        

La joven bruja roja se encontraba sola en la recamara asignada, se encontraba sentada observando por la gran vista que la habitación le brindaba, apenas entraba en trance al presente. El agente aprovecho de la soledad para escaparse de esas cuatro paredes y echarle un vistazo a la castaña, caminaba de manera apresurada, cada metros que lo separaba de ella era como una daga en su espalda, moría por saber como se sentía.

El rubio-castaño entro sin pensarlo dos veces y entonces ahí la vio, la poca brisa que entraba por el ventanal era suficiente para que revolviera su cabellera castaña. Quedo anonadado, en cortos paso llego hasta ella, se arrodillo a su lado y la tomo de las manos. La chica volteo la mirada para encontrase con la dulce y decadente mirada de Clint, ella intento regalarle una sonrisa y safó una de sus manos del agarre del arquero, este se sorprende pero lo que no imagino fue que con la mano libre la castaña le acaricio una de sus mejillas.

–He estado sentado con la mirada fija tras estas cuatro paredes, esperando que llames.–apenas pronuncio la chica regresando la mirada a lo que la ventana le permitía ver.   

El arquero quedo atónito, era cruel la existencia de esas palabras, como si no tuviera sentido lo que  guardaba. Siempre tuvo la esperanza de volverla a tener junto a el, pero ahora se sentía loco. Despertaba casi todas las noches, toda la noche y a diario en esos grises momentos en la prisión, porque la existencia de las paredes lo separaban de la piel de Wanda.

<< ¿Qué me está pasando? >> Se preguntaba Clint a si mismo.

–No quiero vivir para siempre, porque sé que viviré en vano. –las palabras de Wanda no tenían sentido. –Y no quiero encajar en cualquier lugar.

<< Me dices algo, pero no dices nada. >> Se decía a si mismo.

–Quiero continuar pronunciando tu nombre hasta que vuelvas a mi. –comenta la castaña para mirarlo fijamente y tomarlo del mentón.  –Estoy sentada con la mirada fija y tengo algo atorado en la cabeza.

El arquero no quería pensar que ella estaba en una caída de la realidad a causa de lo sufrido tras las rejas, pero tal vez ella le habla con cordura pero era el quien estaba fuera de base a causa de la desesperación.

–Me pregunto si esquivé una bala o si simplemente perdí el sentido de mi vida. –ahora era Clint quien le hablaba a Wanda. 

Ambos ahora sacaron a la luz ese lado cursi y romántico frente a frente. Era algo inexplicable pero cuando encuentras a esa persona y sientes que los demonios huyen, se enciende una chispa de felicidad en tu interior y entras en una gran paz contigo mismo. Ninguno de los dos pensaron que algún día él significaría tanto para ella, y ella para él.

Intensificación, debilitación al borde del paraíso, cada momento juntos, cuando sus cuerpos se encontraban, la sensación a flor de pieles es como un santo grial que pensaron nunca llegar a conocer. 

El rubio-castaño se trato de levantar lo suficiente para acercarse mas a ella, las castaña sabia que tenia en mente y no se negaría a corresponder un beso de él, así que solo cerro sus ojos y aun con la mano en el mentón de él y con la otra cautiva se dejo llevar y saborea el beso que Clint le brindaba.

El arquero disfrutaba del hecho de saber que ya Wanda regresaba al presente y los buenos recuerdos no se habían perdido. Luego de unos segundo se separaron de forma lenta para quedarse viento a los ojos, ambos notaron su imagen en la iris de cada uno.

Amantes InocentesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora