~Capitulo 14

335 28 0
                                    

Serenity amaneció aún más temprano que el día anterior, y decidió que sería buena idea ir a descargar su ira en los jardines. Se vistió con su uniforme de lucha y salió en busca de Artemis. Luna se llevo un gran disgusto al no encontrarla en sus habitaciones y sin saber mucho que hacer, corrió en su busca. Grande fue su sorpresa al encontrarse al príncipe Endimión en su carrera y chocar con él al doblar una esquina. El príncipe la sujetó con fuerza para que no cayera y Luna creyó morirse de la vergüenza. El miedo a las represalias por haber chocado deliberadamente con el heredero al trono de la Tierra se reflejó en sus ojos. Se soltó veloz e hizo una profunda reverencia.

Luna: Discúlpeme alteza, fue una gran torpeza de mi parte. – pero en contra de lo que la mujer esperaba el príncipe empezó a reír.

Endymion: Por favor, no te alarmes. No ha sido nada. Sólo espero que no te hayas hecho daño.- Luna lo contempló atónita durante un segundo pero pronto bajó la mirada de nuevo.

Luna: Lo siento mucho señor. Trataré de que no vuelva a ocurrir.

Endymion: ¿Tu nombre era Luna verdad?

Luna: Así es señor.

Endymion: ¿Puedo preguntar a donde ibas con tanta prisa?

Luna: Iba a buscar a la princesa señor.- Una sombra de desagrado cruzó los ojos de Endimión. Pero creyó que preguntar era mejor que dar por sentado.

Endymion: ¿Teméis a la princesa para correr tan veloz a su encuentro?

Luna: OH, no. Por supuesto que no. Pero no esta en su cuarto y a esta hora no es nada usual.

Endymion: ¿La atiendes todas las mañanas?

Luna: Así es, alteza.

Endymion: Entiendo.

Luna: Si me disculpa, debo encontrarla.

Endymion: ¿Por qué la urgencia?

Luna: Por preocupación, majestad.

Endimión asintió con la cabeza y contempló como Luna salía despavorida en su busca tras una reverencia y otra disculpa. Siempre había odiado que lo trataran tan formalmente como si él fuera un Dios o algo por el estilo. Sin embargo la curiosidad llamó a su puerta y fue en la misma dirección que la dama de compañía de la princesa. Si iba a casarse con esa niña mimada, tenía que estudiar sus modales y costumbres para saber al dolor de cabeza que se enfrentaba. Y no había mejor manera de conocer a alguien que ver como trataba a sus inferiores.

Pronto se vio en unos enormes jardines. Había plazas enteras preparadas para el entrenamiento y múltiples destrozos por todas partes. Casi como si una guerra se hubiera librado en ellos. Con tanto detalle y cuidado en el resto del palacio, le pareció curioso que esa parte no estuviera para nada arreglada y que el polvo y las hojas estuvieran por doquier. Un edificio se erguía en el centro y pudo ver como Luna se perdía en él. Siguió su curiosidad y se adentró también en el edificio, aunque permaneció oculto tras las gradas que había allí dispuestas.

El Milenio de Plata - Sailor Moon  [Terminado]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora