Capítulo 8

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Al terminar la clase me dediqué a ordenar todos los elementos usados  mientras cantaba por lo bajo Treat You Better de Shawn Mendes, la cual sonaba a través de las bocinas del gimnasio. La canción me inspiró por lo que, al cerciorarme de que no había nadie además de mí en el lugar, comencé a moverme al compás de la música utilizando mis mejores movimientos aprendidos en la academia. Al terminar la canción automáticamente una voz empezó a sonar por los altavoces indicando que era una estación de radio la que sonaba.

De repente aplausos sonaron por todo el lugar, sobresaltandomé y haciendo que el trapeador cayera al suelo. Andrew se encontraba en la puerta del gimnasio mirándome con un brillo en sus ojos, aplaudiendo mi baile con entusiasmo  y con una cara de asombro que daba gracia. Apenas nuestros ojos se conectaron un sonrojo invadió mi rostro y mis nervios se dispararon.

-Es impresionante lo que haces Isabella- exclamó Andrew con entusiasmo-Tus movimientos son muy precisos, me dejaste asombrado-.

-Gracias profesor Andrew-exclamé por lo bajo. Seguía un poco avergonzada por el suceso en la clase, su toque seguía quemando mi abdomen.

-¿Estudias en alguna academia Isabella?-preguntó con evidente interés en la voz. ¿A que se debía este cambio rotundo? Pasó de regañarme y estar constantemente a la defensiva a hablarme amablemente y estar interesado en mi vida. La gente me confunde.

-Si, voy a una academia en el centro desde los 7 años- contesté.

-¿Y se puede saber el nombre de esa academia?-preguntó con curiosidad.

-Oh claro, su nombre es Brent Street- exclamé con cierto orgullo en la voz. No era por presumir pero mi academia era la mejor de la zona, allí se habían creado bailarines con una destreza, un ritmo y un talento inigualables. Mi sueño era ser como uno de ellos y poder tener mi propia academia algún día.

-No lo puedo creer- exclamó Andrew, asomobro destacado en su voz- Mi hermana se graduó en esa escuela hace unos años-.

-¿De verdad?- pregunté entusiasmada. Él asintió.-Oh Dios, no puedo creerlo. ¿Cómo era su nombre?-

-Lisa, Lisa O'Donnell-el orgullo bullendo de su voz al nombrar a su hermana.

-Oh, lo siento, no sé quién es pero de seguro fue una muy buena bailarina- dije un poco avergonzada al no conocer a su hermana.

-Y lo es- exclamó Andrew- es primera bailarina en el teatro Colón, en Buenos Aires, Argentina. ¿Lo conoces?- pregunto.

-No puedo creerlo- exclamé sorprendida- siempre quise ir-.

-Es hermoso una vez que lo conoces- dijo con un brillo intenso en esos hermosos ojos avellana. Se notaba que el tema movia, de alguna forma, sus sentimientos- no te arrepentirás de ir nunca-.

De repente un silencio invadió la estancia y sin querer me perdí en sus ojos, estar hablando sobre el baile, saber que a él también le gustaba y ver ese brillo en su mirada me estremecía de pies a cabeza.

-Ehh...yo...ehh...- Andrew empezó a tartamudear haciéndome salir de mi pequeño trance con sus ojos. Inmediatamente un sonrojo invadió mi rostro- yo tengo que hacer unas cosas...ehh...por allí- dijo llevándose una mano a la parte trasera de su cabeza.

-Yo ya terminé por hoy- susurré bajando la mirada al suelo, el sonrojo sin irse de mi rostro- Hasta luego, Profesor.-

-Hasta mañana Isabe...señorita Brown- se corrigió rápidamente, como si mi nombre quemara su lengua.

Sali disparada del gimnasio no sin antes dar un último vistazo a Andrew el cual miraba el vacío como si algo lo perturbara.

El camino hacia mi hogar fue silencioso. Se me venían a la mente todas las sensaciones que por mi cuerpo pasaron al conectarme con el. Con sus ojos, con sus manos. Nunca en mi vida había sentido tal conexión con alguien tan pronto (demasiado pronto diria yo) y que me produjera tanto con solo una mirada. Era, por demás, extraño.

Pero estaba mal, era mi profesor. Tampoco era como que teníamos algo, no. Él era mi profesor, fue una charla común y corriente y no se volvería a repetir por el bien de nuestros lugares en el instituto, yo como alumna y el como profesor.

***

Una voz melodiosa me llamaba, pronunciaba mi nombre como ninguna otra lo hizo o lo hara nunca.

-Bella- de repente, un color avellana aparecieron en mi campo de visión haciendo que todo mi sistema reaccione con anticipación. Sabía quién era, también sabía que estaba mal, pero la tentación a lo prohibido me llamaba, me atraía como imanes.

-Andrew- exclamé en un susurro. Sus labios a una mínima distancia de los mios, si tan solo me acercara un milímetro probaría esos labios color fresa...

Me desperté con el corazón desbocado gracias al sueño que acababa de tener. No podía creer que había tenido un sueño con mi profesor y lo peor de todo, quería besarlo. Me sentia realmente estúpida. Estaba fantaseando con un hombre que no me daría ni la hora y el cual habia visto solo un par de veces. Realmente era patética por simplemente tenerlo en la mente.
Mire en mi mesita de noche mi despertador y marcaba las 3 am, trate de relajarme y volví a acomodarme pero no logré conciliar el sueño sino una hora después cayendo en un sueño profundo donde nuevamente su imagen me perseguían.

***

Besos xoxo
Mía y Lili.

AndrewDonde viven las historias. Descúbrelo ahora