La otra noche soñé contigo, y quise escribirte, quise saber de ti. Como estas, como te encuentras, si sigues siendo un Ángel o sigues a la deriva de algo que te haga volar.
Luego recordé por que ya no estás en mi vida y me obligue a no escribirte. Conseguí no buscarte, conseguí no ver fotos nuestras y sonreír como una tonta.
Me jode admitir que te extraño, aquí, ahora, a mi lado, en mi boca.
No se que es de ti, y no estoy segura de querer saberlo. Solo se que sigues con él, y no lo entiendo, de verdad que no. Supongo que ahora te ríes con él, cantas con él y follas con él. No me importa. Si me importa, joder. Y me jode tanto que me joda.
Quisiera verte, oh cariño como quisiera verte, y tocarte, y que grites, y que gimas, y que te rías, conmigo. Solo conmigo. No con él, no se ni quien es, pero se que no te merece, nadie te merece, ni siquiera yo.
Pero no podemos vernos, y lo sabes. Me acabarías envenenando, otra vez. Y no es tu culpa cielo, solo es tu naturaleza. Tu frágil, constante y salvaje naturaleza. La que me hace temblar, y vibrar. Pero me envenena y cuando te vas me deja fría, vacía, sin vida.
Querida mía, ojalá no fueras tan tóxica.
