A veces me asusto, escuchando música triste, siento como algo en mi estómago, algo que ya he vivido, por momentos creo que vuelvo a sentir lo mismo, y me asusto. No me fío de mi, se que no tengo fuerza de voluntad, solo un vacío y recuerdos y tus palabras, tus malditas y estupidas palabras de consuelo.
¿Porque me consuelas?, solo para hacerme daño. Solo para hacerme creer que te importo, se que te he hecho daño, pero tan malo era que no te correspondiera. No era mi culpa, de verdad que no. Pero es que muerta no puedes amar a nadie, ¿nunca te lo dijeron?, y yo estoy rota, muy rota, quizás en relaciones vacías ahora encuentras algo que conmigo no estaba, o quizás piensas en mi, aunque sea solo a veces. Y mantengo la esperanza de que sea así, porque por muy egoísta que suene me gustaría saber que me sigues queriendo, si alguna vez lo hiciste de verdad. Aunque claro que vas a saber tu de amor, niño, te encuentras perdido, solo y triste, sin saber que hacer, a lo mejor el egoísta eres tú y solo buscabas refugio entre mis brazos, pero lo malo es que yo entre los tuyos encontré un hogar. Y cuando te fuiste me quedé destrozada, me soltaste cuando no debías y cuando más te necesité, más daño me hiciste, me sentí engañada, estafada, pero hice como si nada. Como si fuese la más fuerte, a la que no le importa nada, eso siempre se me dio bien, fingir. Esa era mi especialidad. Bueno esa, y cuando estaba mal echarte toda mi mierda encima, esperando que me soportases. Dios no se ni lo que digo, ni yo me soportaba, y lo peor es que entiendo que te fueras.
Aunque nunca me espere que me dejaras allí en aquella habitación, en un rincón llorando desconsolada y que no hicieras nada, supongo que estabas cansado, no lo sé, de verdad que no lo sé.
