Capitulo 2 | En busca de respuestas

26 6 2
                                    

-Niña, despierta-Sentí que me jalaban por el brazo y desperté.

-¿Qué hora es?-pregunté al ser cegada por el sol.

-Las 12, dormiste 6 horas.-respondió Alice, bajándose del auto-Voy a comprar algo en la gasolinera, no robes ni toques nada de mi coche.

Me acomodé en el asiento de nuevo. Todavía estábamos en medio de la nada, pero había una que otra casa al rededor. Miré a Alice entrando a la tienda, llevaba unos lentes de sol oscuros encima de la cabeza y una cartera en la mano, luego me miré por el retrovisor, estaba despeinada y tenía cara de loca, como lo había dicho Ella. Tomé una liga que vi en el suelo del auto y me hice una coleta. Tenía tanta hambre que minutos antes de bajarme del auto tomé otro pedazo de pan. Caminé hasta la tienda, un chico pelinegro y flaco estaba en el mostrador, nosotros tres éramos los únicos allí. Alice caminaba por los pasillos mientras tomaba cosas como gaseosas, cervezas, bolsas de papas, chocolate y cereal, no esperaba que agarrara tantas cosas.

-lara, ven acá-Alice miró discretamente al chico y luego a mí. Me acerqué a ella curiosa-Necesito que lo distraigas, no puedo pagar todo esto.

-¡Entonces déjalo!-Me jaló por el brazo.

-Shh! Si no lo haces, le diré que intentaste robarme y llamaré a la policía.-alice me miró amenazante. Hablaba enserio.

-No no no, por favor. Nos meteremos en problemas-le supliqué

-No hay cámaras aquí dentro niña tonta, encontrarnos sería casi imposible. Solo hay que tener cuidado con la cámara de afuera.-hizo una pausa-Deja de mirarme así y has algo.-No me quedó de otra que hacer lo que me decía, ahora estaba muy nerviosa. Iba a ser parte de un robo.

Fui a la caja lentamente, fingiendo que buscaba algo, mientras actuaba "sexy" para captar su atención.

-¿Tienes condones, guapo?

-¿Co-condones?, Sí.. algún tamaño o marca en espe-pecífico que quieras?-Sonrió apenado, mostrando su dentadura deformada y brackets azules.

-Ya sabes, de los más grandes. Es para mi.. para mi novio. De la marca no importa solo escoge la de mejor calidad.-le guiñé un ojo. Miré a Alice mientras que él buscaba en la repisa a sus espaldas y le hice señas para que saliera.

El chico estaba a punto de voltear cuando Alice estaba por salir con las cosas encima.

-No volte.. eeese rojo que está arriba del gris tiene algún sabor?- pregunté deprisa

-¿Cuál, este?-enseguida el chico volteó y vió a Alice saliendo de la tienda.-¡OIGA, TIENE QUE PAGAR POR ESO!

-¡Mueve tus moldeadas nalgas ahora Lara!!-gritó sin detenerse, le hice caso y salí corriendo de allí. Mi corazón latía a mil. Me subí al auto y me puse el cinturón, el chico salió y trato de colocarse en medio del auto, estuvo a punto de morir, pero Alice pudo esquivarlo.

-¡Asi se hace, maldición!-Alice no paraba de gritar mientras nos alejábamos de aquel lugar.

-Eso no fue nada divertido, casi atropellaste al cajero. Tenían razón esas charlas que daban en mi instituto. Las drogas vuelven demente a la gente.

-Pero no sucedió.-Detuvo el auto en una esquina, tomó un cigarrillo y lo encendió-Eres muy llorona, cállate y agarra lo que quieras. Menos las cervezas, esas son solo mías.- Encendió la radio y colocó una música de blues y jazz.

Despues de unos minutos me puse a analizar lo que había sucedido anteriormente, y esperaba que enserio no nos metiéramos en problemas. Me di cuenta que me había olvidado de algo importante: llamar al número de la nota que estaba en mi mochila. No había visto ningún teléfono en la gasolinera, pero tampoco le había preguntado a Alice si tenía uno. Tomé las papas Lay's antes de preguntar.

- Me preguntaba si tenías algún teléfono para llamar, no te había contado, pero es algo importante. Tiene que ver con el como llegue hasta dónde me encontraste.-Le ofrecí Lay's y se llenó la mano derecha de ellos, mientras la otra permanecía en el volante.

-Estas de suerte, tengo mi super teléfono último modelo, el zipod x, salido justo hace dos meses. Pero no te creas, costó unos cuantos verdes.-Metió la mano dentro de su camiseta, un poco cerca del sostén, y sacó un Nokia de los años 90's. La miré con desagrado, el teléfono estaba lleno de sudor.

-No me mires así niña. Se debe estar prevenida para todo.

Ignorando su comentario, anoté el número como 5 veces, hasta lograr colocarlo bien, porqué mis dedos gigantes no podían con esos mini-botones. Marqué al fin, un poco nerviosa de saber que pasaría cuando respondieran. El teléfono repicó unas tres veces, y a la cuarta se escuchó una respiración al otro lado.

-Habla. ¿Que tienes para decirme?-quise ser directa, pero no respondieron.

-Aló? Dejen el misterio, necesito saber qué necesitan de mi.. por favor, ¿que me hicieron?-se escucharon unos susurros, yo seguí preguntando.-¿Por qué no recuerdo un carajo?

-Dirígete a la ciudad, donde está el banco U.S. Bancorp. Tienes que buscar un pendrive morado dentro de la quinta oficina del piso 7-habló una voz robotizada masculina que me erizó la piel.

-pero yo... que es lo que contiene ese pendrive?

- Tienes que seguir mis instrucciones muy bien. No puedes entrar a estas horas, debe parecer que trabajas allí. Necesitas un carnet para pasar más allá del mostrador de la recepción, te las deberás arreglar tú sola. Toma la información, el dinero de la caja de esa oficina y sal de allí. Si no lo haces en 47 minutos, iremos a buscarte a ti junto a tu compañera.

-¿Qué? Es muy poco tiempo..

-Recuerda esto, La contraseña es siete, siete, siete, siete.

-Espera qué..como lo hago!!? ¿Aló?-Titubeé. No podía hacer más Nada, la llamada se había acabado.

Estaba en un maldito gran problema.

La Séptima VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora