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Tomados de las manos, caminaban con tranquilidad, siendo SanHa el que dirigía el trayecto. Después de un rato, llegaron a – probablemente – la única habitación vacía de todo el lugar.

¿Cómo sabía él que estaba ahí? Duda existencial.

— Uh, ¿p-por qué me trajiste aquí? — Preguntó el mayor, en un intento de disimular que los nervios lo carcomían por dentro.

Obviamente fracasó. Le resultaba imposible ocultar la manera en que se sentía cuando el contrario estaba alrededor.

— Bueno... — bajó la cabeza, a la par que jugaba con sus dedos, con aire inocente — recordé que en unos días es el evento con fans debido a nuestro comeback. Me enteré de que harán un juego donde debemos pasarnos chocolates con la boca. Claramente te escogeré a ti como mi compañero para eso, y como supuse que tú tampoco habías jugado eso nunca, podríamos practicar un poco. — finalizó, y su mirada regresó al moreno.

— Eh... ¿t-tú quieres elegirme a mí cómo tu compañero?

Park, contrólate.

— Sí, Hyukkie. ¿qué dices? — sonrió.

— Supongo q-que sería lindo.

Maldita sea, cálmate.

— ¡Genial! Entonces practiquemos. — el peliblanco sacó un caramelo de su bolsillo. — No es un chocolate, pero servirá igual.

Sólo síguele el juego, Park. Relájate y sólo síguele el juego.

Colocó uno de los extremos de la envoltura entre sus dientes, y le indicó a MinHyuk que hiciera lo mismo con el otro. Obedeció, y sintió como todo en su interior comenzaba a acelerarse por la repentina y atrevida cercanía del contrario.

— Ahora debes intentar quitarla sin usar las manos, Hyukkie. Lo intentaré yo primero si quieres. — dijo, con algo de dificultad. Si abría mucho la boca, se le caería.

— Es-está bien.

SanHa estaba haciendo aquello apropósito.

Quería averiguar la verdad sobre porqué lo abrazó para dormir, o del no tan discreto beso que depositó en su mejilla esa mañana, o quizá de aquel tan soñado te quiero. Sentía la enorme necesidad de preguntarle si lo que creía era cierto; si estaba enamorado de él. Porque, sí, finalmente se estaba dando cuenta después de dos años.

Pero un muy constante pensamiento no dejaba de rondar en la cabeza del menor.

¿Realmente lo estará o sólo hace esto por que no ha salido con nadie en todo este tiempo y tiene necesidades?

He ahí la razón de todo el cariño que le demostraba últimamente. Así que, en parte, los beneficiaba a ambos.

Posó una de sus manos en la nuca del moreno, y comenzó a deshacerse de la envoltura del caramelo con la boca. El mayor pudo sentir como las ganas de besarlo incrementaban, al igual que los nervios, a cada intento fallido.

Hasta que, en un instante, el menor apartó el caramelo y finalmente juntó sus labios.

MinHyuk se quedó completamente quieto, paralizado. Sin pensarlo mucho, fue él quién puso sus manos alrededor de la nuca del peliblanco esta vez y le siguió.

Era un beso lleno de necesidad por parte de ambos, pues habían querido probar los labios del otro desde hace muchísimo, pero al mismo tiempo, era el más tierno que se puedan imaginar.

SanHa se percató de las pequeñas sonrisas del mayor en medio del mismo, así que, con dificultad, se separó y lo miró con todo el amor del mundo.

— ¿Ves? Te dije que practicar sería buena idea, Hyukkie. — entrelazó nuevamente sus dedos.

El castaño aún no procesaba lo que sucedió, pero le daba igual ya. Aunque sus pensamientos eran los exactamente iguales a los del contrario.

¿Me besó por que tiene dos años sin salir con nadie?

Le dolía pensar ese tipo de cosas, pues lo amaba con su alma entera, pero sabía que, después de eso, la posibilidad de que fuera recíproco había crecido.

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Unas horas después.

Recibieron la llamada de un integrante de la producción y salieron a su presentación de aquel día la cual, cabe recalcar, fue un éxito.

Los chicos se encontraban en la camioneta, de regreso a casa después de una larga y emocionante jornada.

Los maknaes iban en la última fila de asientos, tomándose de las manos, asegurándose de que aquello no era visible para el resto del grupo.

— Hyung. — murmuró el menor, captando su atención.

Toda la valentía y seguridad que había demostrado ese día se encontró reemplazada por los tan usuales nervios que sentía cuando estaba cerca suyo.

— Deberíamos hablar sobre lo que pasó.

Así es, después de besarse, no comentaron nada en ningún momento. Por parte de ambos, era debido al miedo de que el otro le dijera que fue un error y que no podía volverse a repetir.

Demonios, de seguro ya reflexionó las cosas y llegó a la conclusión de que definitivamente no le gustas. ¿Por qué le correspondiste? Idiota.

MinHyuk decidió borrar aquello de su mente, y fue él quien tomó el papel de valiente esta vez.

La camioneta se detuvo de un momento para otro, a la par que la voz de MyungJun se hacía presente.

— Bajaremos a comprar algo de cenar, ustedes quédense aquí y espérennos.

Sus cuatro mayores bajaron, y la oportunidad perfecta para hablar se presentó.

— ¿A-acaso tienes sentimientos por mí, Hyukkie?

SanHa sintió como el corazón se le detuvo cuando el moreno soltó su mano. Por dos segundos, pensó que también saldría y lo dejaría por hacer tal suposición. Pero volvió a latir cuando acarició suavemente su mejilla.

El menor cerró los ojos y disfrutó del tacto, hasta que el castaño unió sus labios por segunda vez aquel día. Sí, su corazón definitivamente latía y muy rápido.

— ¿Eso responde a tu pregunta?

Skinny love | Sanhyuk. 「 Finalizada. 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora