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— ¡Yah, niñatos irresponsables! — un fortísimo grito de JinWoo retumbó en las paredes de la habitación.

MinHyuk fue el primero en abrir los ojos. Entonces recordó que SanHa le dijo que lo quería, que durmió abrazado a él, y le fue imposible ocultar la radiante sonrisa que adornaba su rostro.

Aún rodeaba la cintura del menor, así que antes de que el líder preguntara o comentara algo acerca de aquello  — que sabía que haría—, se separó, moviéndose lo menos que pudo para evitar despertarlo.

— ¿No lo despertarás?

— Déjalo dormir unos minutos más, hyung. — el moreno recibió una frívola mirada de su mayor. — ¿Por favor?

— Vale, los quiero a ambos ahí afuera en quince minutos. Tenemos un evento al que asistir hoy, ¿recuerdas?

— Sí, gracias.

Cuando JinWoo salió de la habitación, se sentó junto a su acompañante, que aún dormía. Aprovechó para mirarlo. Le encantaba lo bonito que se veía... mientras hacía cualquier cosa, realmente.

— Hey, niño, vamos. Hay un evento. — MinHyuk se acercó al rostro de SanHa, depositando un pequeño beso en su mejilla.

Estaba consciente de que, si despertaba debido a esa acción, podría asustarse, pero ¿qué más daba? Durmieron muy juntitos después de todo.

Tras no recibir una respuesta verbal, recurrió a otras medidas.

Se posó suavemente sobre el cuerpo del peliblanco, y comenzó a hacerle cosquillas. El contrario abrió los ojos de golpe, listo para gritar, pero al encontrarse con el moreno encima suyo, con esa sonrisa que tanto le gustaba, su respiración volvió lentamente a la normalidad y comenzó a reír.

— ¡Hyukkie, basta! ¡P-por favor! — dijo, entre carcajadas. — ¡Ya estoy despierto!

— Vaya, creí que estabas inconsciente o algo parecido. — imitó su acción. Si fuera posible, el corazón del menor literalmente se derretiría.

— Bueno, no quería. Dormí bastante cómodo. — ante aquellas palabras, las mejillas del castaño se tiñeron de un potente rojo carmesí.

Era la primera vez que SanHa lo veía sonrojado en los dos años que llevaban conociéndose.

¿Eso lo he ocasionado yo?

Ahora levántate. Debemos ir a arreglarnos.

Estaba sonriendo demasiado. Tanto que le dolían las mejillas. ¿Qué tan feliz podía hacerlo ese chico?

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Mientras comían, esperaban que fuera su turno para salir.

— Park MinHyuk. — escuchó la voz de MyungJun a sus espaldas, quien posó una mano en su pecho dramáticamente.— Debo admitir que me has decepcionado.

— Ups, creo que estás en problemas. — le murmuró Bin, divertido.

El moreno se giró a mirarlo. El mayor se encontraba de pie, y tenía el semblante aparentemente serio. Dejó su comida a un lado, levantándose para llevarlo lejos del de rasgos felinos y hablar con él sobre porqué tanto drama.

— ¿Cómo pudiste no decirme que dormiste abrazado a SanHa? — lo tomó del brazo, manteniendo aquella impasible expresión.

— Me lastimas, hyung. — se soltó de su agarre. — ¿Quién te contó?

— Duh, Jinnie. — puso los ojos en blanco. — ¡No me cambies de tema! ¿Por qué no me lo dijiste?

— ¡Tu cama está encima nuestro! Creí que te darías cuenta.

— La verdad es que no me tomé la molestia de hacerlo. — admitió. Toda la seriedad en su rostro fue reemplazada por una sonrisa. — Me alegra que estén avanzando.

— No estamos "avanzando", hyung. No hay nada con lo que avanzar. — comenzó a caminar de regreso a su lugar.

— ¡Oh, vamos! ¡No seas tan pesimista! — sonrió.

— Iré a terminar mi comida, hyung~. — canturreó.

Después de un rato, se percató de como todos los miembros de producción salían de la pequeña sala de vestuario, junto con JinWoo.

— Junnie, ¿puedes venir un momento a ayudarme con algo?

Obviamente el mencionado no se negó, y siguió a su novio. Estaban solos ahí dentro. Y sí, sabía lo que eso significaba.

¿Estarán apunto de...?

— Oh, Dios santo. — murmuró para sí mismo. Su ceño se frunció.

Ya sin darle mucha importancia al extraño comportamiento de sus mayores, observó como DongMin se sentó junto a Bin, y lo tomaba de la mano felizmente.

Yo, hyung, ¿sabes dónde esta SanHa?

— Probablemente estén maquillándolo. — el de cabellos azabaches se encogió de hombros.

MinHyuk le dio una mirada rápida a toda la habitación y, justo en ese momento, el peliblanco se levantó, agradeciendo a sus noonas de maquillaje.

El menor se dirigió al resto de los chicos, y se acomodó detrás suyo. Lo abrazó por la cintura, a la par que apoyaba la cabeza en su hombro.

Aquella acción claramente lo sorprendió, pues era la ¿quinta?, tal vez sexta, ocasión en el día que sus mejillas se tenían de rosado gracias a su adorable dongsaeng.

Sin embargo, no lo apartó en ningún momento.

— Bueno, ¿y ustedes dos por qué andan tan cariñosos? — preguntó Bin, con una sonrisa pícara.

— Binnie, no los molestes. — DongMin le lanzó una fugaz mirada a su novio. — Parece que olvidaste que somos nosotros los que se están tomando de las manos.

— No los estoy molestando, simplemente era una pregunta. — abultó el labio inferior de manera adorable, en que el mayor depositó un casto beso.

— ¡Yah, hyungs! Seguimos aquí. — fue lo primero que salió de la boca de SanHa.

— Tal vez deberíamos ir a otro lado, Minnie. — el de rasgos gatunos susurró algo más en el oído de su pareja.

— ¡Moon Bin! — avergonzado, le dio un golpecillo en el brazo. Aún así, se despidió de los dos menores y salió con él a vete tú a saber dónde.

— Uy, para descubrir qué harán esos dos, que se agarre Dios. — el moreno rió.

El peliblanco, en un movimiento rápido, pasó de estar abrazándolo por la cintura, a pegar sus frentes.

¿Pero qué demonios acaba de pasar?

— ¿Hyung?

— ¿Sí?

— Quizá nosotros también deberíamos a otro lado.

Skinny love | Sanhyuk. 「 Finalizada. 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora