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El silencio flotó en el aire. En el instante que esas palabras fueron pronunciadas, SanHa se cubrió la boca con las manos.

— H-Hyukkie, n-no lo decía en serio... y-yo...

El menor intentó enmendar el error que había cometido, pero ya era muy tarde para eso. Su ritmo cardíaco se aceleró, y sintió una puñalada en el pecho cuando notó que los ojos de MinHyuk se cristalizaron.

— Déjalo, niño, no tienes que explicar nada. Después de todo, me lo esperaba. — el mayor tragó saliva sonoramente. Dejó los vidrios faltantes en el suelo.

Estaba dispuesto a ir y encerrarse en la habitación. Tal como temía al principio, tenía el corazón roto, y ni siquiera le importaba que la pareja de mayores se encontrara ahí también, aunque sabía que le lloverían las preguntas en cuanto pusiera un pie dentro.

— ¡Hyukkie! Te juro que no quería decirlo... — a paso rápido, fue hasta él.

— Creo que será mejor que duermas con Bin y DongMin hyung. Seguro no tendrán problemas con eso. — dicho esto, entró y cerró la puerta, dejando a SanHa al otro lado de ésta.

La has cagado en grande, Yoon. Acabas de romper el corazón de la única persona que has amado en tu vida.

Y probablemente que te ha amado.

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En la habitación.

En el momento en que el portazo resonó por toda la habitación, las miradas tanto de MyungJun como de JinWoo se clavaron en él.

Sus ojos picaban, las lágrimas amenazaban con salir, y no fue hasta que escuchó la voz del mayor de los tres que rompió en llanto.

— Hyuk, ¿te encuentras bien?

Se mostraba claramente preocupado, pues tenía una idea de lo que pudo haber pasado allá afuera. El líder, por otro lado, no entendía absolutamente nada. No estaba enterado de lo que pasaba entre SanHa y MinHyuk, así que no sabía qué tipo de comentario o pregunta hacer.

— É-él me lo dijo, h-hyung. Está arrepentido de haberme besado.

El menor estaba hecho un desastre. No llevaba ni dos minutos llorando, y ya tenía la nariz y los ojos rojos a más no poder.

JinWoo captó todo al instante, y bajó de la litera lo más rápido que su cuerpo le permitió para, acto seguido, envolver al moreno en sus brazos.

Creía que estaba loco por pensar que tenía sentimientos por el peliblanco, pues ya había notado ciertas actitudes extrañas de su parte, pero al escuchar aquellas palabras, se dio cuenta de que, no sólo eso, sino que también se besaron.

Escondió su rostro en el cuello del líder, y los sollozos no tardaron en hacerse presentes. A lo que él, en forma de respuesta, comenzó a acariciar su cabello con parsimonia.

MyungJun también bajó, y le indicó que se sentara en su cama.

— Hyuk, ¿qué pasó? — preguntó, en un intento de tranquilizarlo.

— Es-estábamos discutiendo, y me lo dijo, hyung. Dijo que ojalá nunca me hubiera besado. — respondió, entre pausas.

— Yah, pequeñín. — JinWoo lo acurrucó de nuevo en sus brazos. — Eh, cálmate. — pidió, en tono suave.

— ¿Y qué hizo después de eso?

— Intentó enmendarlo. — sorbió su nariz.

— ¿Está con Bin y DongMin ahora? — se limitó a asentir. — Vale, quizá sea bueno que vaya a hablarle. Quédate aquí con Jinnie.

Salió de la habitación. MinHyuk logró escuchar cómo repetía el nombre de SanHa varias veces para que hiciera lo mismo. Una vez estaba fuera, cerró ambas puertas.

El líder no soportó verlo así, por lo que lo recostó en sus piernas. Comenzó a cantar una de las canciones favoritas del menor.

— Sabes que no tengo muy buena voz, pero haré lo mejor por ti. — le regaló una pequeña sonrisa. El castaño cerró los ojos con la esperanza de caer en los brazos de Morfeo.

En eso, el de cabellos azabaches entró, sobresaltándolos a ambos.

— Ay, por Dios. — se acercó y lo abrazó, a pesar de que se encontraba en el regazo de su hyung.

El moreno lo miró extrañado. Según creía, tampoco la pareja de medianos sabía.

— SanHa nos dio un breve resumen de lo sucedido. De todo. Y no puedo imaginar cómo se siente ninguno de los dos. — tomó lugar en el suelo, y se acomodó frente a ellos.

— ¿Dónde está Bin? ¿Junnie está hablando con SanHa? — preguntó JinWoo.

— Sí, ambos. Él se encontraba muy mal, casi igual o peor que tú. — DongMin suspiró. — ¿Por qué no dijeron nada, hyuk?

— Por miedo a que esto pasara, hyung. Se supone que no armaría un gran lío, pero como siempre, mi imprudencia me ganó. Es decir, míranos, es media noche y ahora todos están despiertos por culpa nuestra.

— No te eches todo encima. Ninguno de los dos debería hacerlo. Además, aún no estábamos dormidos, así que no te preocupes por eso. — cuando se percató de su comentario, soltó una risilla. — Lo lamento, aquello fue muy tonto.

— Lo que Min quiso decir... — el líder volvió a hablar— es que estamos aquí para ti. — le sonrió y el azabache tomó su mano, asintiendo.

— ¡Y te adoramos! Eso puedes darlo por seguro.

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Donde SanHa.

MyungJun escuchó toda la versión que el menor tenía para contar, y pudo creerle cuando dijo que estaba completamente arrepentido porque ya se había enamorado por completo de MinHyuk.

— Yah, SanHa-ssi, ¿nunca llegaste a plantearte la posibilidad de que él también te ama? — preguntó Bin.

— Lo hice, hyung. Al principio fue esa la razón por la que lo besé, porque necesitaba comprobarlo. Pero después, se convirtió un vicio para mí, uno del que ya no podía ni quería recuperarme. — confesó. Se cubrió el rostro con las manos. — Dios, soy un idiota.

— Ve a hablar con él. — dijo el mayor, con voz firme. — Deben hacerlo y arreglar las cosas porque se aman, pequeñín.

— Eso es lo mejor que puedes hacer por ahora. — finalizó el de rasgos felinos.

El menor se levantó decidido del sofá. Tocó la puerta de la habitación. No sabía si para su desgracia o fortuna, pero fue el castaño quien le abrió.

Sólo hazlo, no arruines más las cosas.

Dejando todas las palabras de lado, colocó ambas manos en la nuca del moreno y lo miró unos segundos. Sin soportar más la distancia a la que estaban sus rostros, estampó sus labios en los de MinHyuk, que, al reaccionar, lo abrazó por la cintura, pegándolo más a su cuerpo.

Era, hasta ahora, probablemente el beso con más amor que se habían dado. Ambos estaban buscando la forma de disculparse, y sabían que esa era la más sincera de todas.

Se separaron, y el peliblanco juntó sus frentes para, acto seguido, acariciar la mejilla de su amado.

— Por supuesto que no me arrepiento de haberte besado. Cualquier persona que haya probado tus labios sería verdaderamente idiota si lo hiciera.

Skinny love | Sanhyuk. 「 Finalizada. 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora