— ¿Eh? — Repitió MinHyuk, fingiendo estar tan desconcertado como el contrario.
Ambos se detuvieron en seco.
— Me pareció escuchar que dijiste que te gustaría estar conm-- no, olvídalo, de seguro estoy comenzando a inventar cosas.
SanHa creía haber escuchado bien, pero quizá el hecho de estar tan enamorado de alguien te hace imaginar ese tipo de situaciones, ¿no?
Dios, Park, casi lo arruinas todo. Contrólate.
— Sí, de seguro. — Soltó una risilla nerviosa, a la par que bajaba la mirada.
Vaya, ¿por qué eso dolió tanto?
— Será mejor que vayamos a pagar todo esto, los demás deben estar esperándonos. — El peliblanco siguió su camino, ignorando la tensión que flotaba en el aire. Podría cortarse con un cuchillo.
Una vez en la caja registradora, el menor aprovechó para lanzarle una larga mirada a su acompañante, quien sacaba las compras del carrito.
Le encantaba. Pero muchísimo.
Y así se quedó por un rato, hasta que fue atrapado.
— ¿Qué pasa, niño? ¿Tengo algo en la cara? — Habló el moreno, divertido.
— No, no es eso.
— ¿Entonces qué es?
Tú. Eres precioso.
— Estás olvidando las golosinas de Bin, hyung. — Respondió, señalando la bolsa con caramelos de colores.
— Ya, gracias por decirme.
Mentiría si dijera que MinHyuk no quería que SanHa lo observara por más tiempo, o que no le gustaba recibir la atención del menor.
Fue su turno de admirar al peliblanco. Pero, esta vez, no estaba distraído ni nada por el estilo. Estaban mirándose fijamente a los ojos, y los nervios de ambos incrementaban a cada segundo que pasaba. Hasta que una voz femenina reventó su burbuja.
Se volvieron hacia la dueña de la misma. — Aquí tienen su recibo. Gracias, vuelvan pronto. — Les entregó el pedazo de papel, y sonrió cálidamente.
Tomaron las bolsas y salieron de ahí, no sin antes agradecer de vuelta a la mujer.
Intentaban evitar, pero al mismo tiempo, buscar el contacto visual de nuevo.
— Yo, SanHa.
— ¿Hm? — Respondió, mientras acomodaba en sus manos lo que iba cargando.
— ¿Quieres tomar un pequeño descanso? Aún falta un poco para llegar, y sinceramente estoy cansándome.
— Vale, me parece buena idea.
Se sentaron en una banca que, para su suerte, se encontraba allí, y acomodaron todo junto a ellos. Su atención fija en la nada, mientras que le lanzaban miradas de reojo al otro.
No hablaron. Ni una palabra. ¿Por qué les estaba costando tanto? Siempre convivían muy bien.
— ¿Nunca te has enamorado tampoco? — SanHa decidió romper nuevamente el silencio.
Notó como las facciones del mayor cambiaron, a la par que su cuerpo se tensaba. Definitivamente debía dejar de ser tan directo.
— Últimamente haces muchas preguntas, niño, ¿te encuentras bien? — MinHyuk rió, evadiendo el interrogatorio.
No, no me encuentro bien. Estoy enamorado de ti, y me gustaría estar contigo el resto de mi vida.
— Sí, hyung. — El peliblanco imitó su acción. — Así que... ¿nunca?
— ¿A qué viene la pregunta? — El moreno le siguió el juego. Quería saber qué lo traía tan interesado en su, inexistente, vida amorosa.
— Bueno, dijiste que jamás has tenido una pareja, pero es muy diferente amar a alguien y no ser correspondido. O tal vez sí, ¿quién sabe? — Le brindó una pequeña sonrisa.
— Sí, me he enamorado. — Soltó.
— ¿De quién?
De ti.
— Eso no es importante. No es recíproco de todas maneras. — Se encogió de hombros.
— ¡Tonterías! ¡Claro que es importante!
— Nop.
— Quiero un nombre, hyung. — Se cruzó de brazos, encarándolo por fin.
Yoon SanHa.
— Sigue esperando, niño. — Desvió la mirada. Sabía que si lo observaba por más tiempo, teniendo esa presión encima, terminaría confesándose.
— ¡Hey! Dijiste "no es recíproco"... ¡Eso significa que estás enamorado! — Realmente intentó sonar entusiasmado por su hyung, pero el nudo en su garganta creció, ocasionando que casi se le quebrara la voz.
Sí, de ti, maldita sea, ¿por qué te cuesta tanto entenderlo?
— ¿Yo dije eso? No, seguro tú escuchaste mal.
— No, sé lo que escuché. — Afirmó, frunciendo el ceño. — ¿Me darás un nombre entonces?
— No puedo hacer eso, SanHa. — Bajó la mirada.
— ¿Por qué no? — Otra corta pausa. — Mira, hagamos esto. Si tú me dices de quién, yo lo haré también.
MinHyuk enarcó una ceja. — ¿Lo harás, niño?
¿Lo haría?
— ¿Estás enamorado? — Fue el castaño quien preguntó esta vez, un poco desconcertado y triste al mismo tiempo. ¿Qué iba a pasar si el nombre que el menor mencionaba no era el suyo?
Sí, ¿acaso no te has dado cuenta?
— Tienes mi palabra, hyung.
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Skinny love | Sanhyuk. 「 Finalizada. 」
Historia CortaSkinny love: Cuando dos personas se aman, pero son demasiado tímidas para admitirlo ─ Y lo demuestran de todas maneras. ➳ Apariciones y menciones constantes de BinWoo y MyungJin.