Literatura 》Hopemin《

》Género Narrativo

-El miércoles vimos el concepto de Géneros literarios e hicieron un trabajo sobre el tema, que por cierto, hicieron bastante bien. Hoy nos enfocaremos en el Género Narrativo, ya sabemos que quien escribe estos textos es conocido como Autor y también sabes que estos están escritos en prosa y que es un Narrador quien se encarga de contar una historia, el narrador, por cierto... por si no lo recuerdan, es creado por el autor, pero en fin -hizo una pausa, juntando ambas manos mientras observaba a cada uno de sus alumnos y sonreía-. Abran su libro en la página 120... o 125, alguna de esas será, no lo recuerdo bien. Lean la información que se les presenta y elaboren un mapa conceptual en lo que entrego los trabajos -se deleitó con el sonido de los libros abriéndose, los cierres de las mochilas al ser removidos, las hojas moviéndose, las charlas impertinentes, le encantaba esa armonía.

Sentado tras su escritorio, sacó de su maletín una carpeta azul, en donde llevaba una gran cantidad de reportes, ensayos, pruebas y trabajos. Sacó los trabajos del miércoles y calculó las notas, observó luego los nombres en cada una y comenzó a llamar a sus alumnos, uno por uno, cada cierto tiempo, para que estos fueran por su trabajo, expectantes por una buena calificación.

-¿Terminaron sus mapas? -se giró hacia el pizarrón y, con el plumón ya destapado, comenzó a escribir.

El timbre fue el detonante que los alumnos recibieron con alegría, retirándose del salón tras gritar un Hasta la otra semana, profe, mientras Hoseok asentía divertido y se acercaba a la puerta para cerrar con seguro. Llegó al fondo del salón y se acomodó en el pupitre junto al del alumno que dormía plácidamente sobre la mesa.
Lo observó por un momento y acarició sus facciones, pellizcando luego su mejillas izquierda para despertarlo, logrando así su cometido junto a quejas y gruñidos. Jimin lo miró con el ceño fruncido y las mejillas infladas, acariciando la izquierda.

-Hyung, está prohibido agredir a un alumno -gruñó dejando de acariciarse él mismo para que su profesor lo hiciese, cosa que Hoseok no tardó en hacer.

-Ajá, entonces simplemente acataré las reglas y... -sacó su mano de la mejilla ajena y alzó sus brazos, fingiéndose rendido- me iré a casa -sonrió socarrón cuando su alumno, con el pie, movió la silla en la que se encontraba sentado, dejándolo con el respaldo contra la pared. Se sentó sobre el regazo de su profesor con una pierna a cada lado y sus pequeñas manos en los hombros del mayor.

-No diga estupideces y béseme, profe -chocó sus labios con los contrarios y pronto ambos se encontraban forcejeando con sus lenguas sobre quién dominaba el beso. Hoseok metió sus manos bajo la camiseta escolar de su alumno, delineando así, con sus grandes manos, los contornos del cuerpo del menor, obteniendo gratificantes suspiros y jadeos de su parte; sujetó con algo de fuerza la cintura y apretó más el cuerpo de Jimin contra su cuerpo, dejaron de besarse para observarse, sus narices chocaban junto con sus respiraciones mientras sentían las erecciones contrarias.

-No puedo creer que arriesgue mi trabajo por un mocoso -rió, el menor frunció el ceño pasó sus manos de los hombros al pecho del profesor, intentando apartarse al empujarlo-. Ya... Jiminie, tampoco lo dije para que te enojes -mantenía una sonrisa en su rostro, sonrisa que se borró en cuanto Jimin se puso de pie, se alejó y tomó su mochila, colgándola en su hombro y alejándose de él.

-Jimin... ¿De verdad estás molesto? -se levantó, ordenó la silla y corrió detrás de su alumno, quien caminaba hacia la puerta- Perdón, ¿sí? Vamos Jiminie...

-No sé por qué me sigue, a fin de cuentas soy sólo un mocoso -abrió la puerta quitando el seguro y salió del salón.
Hoseok torpemente guardó sus cosas en el maletín y se apresuró en salir, deteniéndose al ver algunos alumnos jugueteando y asistentes del aseo que limpiaban el lugar. Actuó normal y se marchó en dirección contraria a la que Jimin había ido. Fuera del establecimiento suspiró, lo pensó un momento y comenzó a caminar en dirección a casa de su alumno.

-Jimin, Jungkook vino a buscarte para que alojes en su casa ¿Por qué no me había dicho que tenías esos planes? -su madre apareció en su habitación cruzando los brazos a la espera de una respuesta, Jimin pestañeó varias veces tratando de recordar en qué momento su mejor amigo y él habían quedado de acuerdo en eso, suspiró y miró a su madre antes de voltearse a buscar su mochila y comenzar a guardar unas cuantas prendas de ropa.

-Se me había olvidado, ma -dijo simplemente, colgando su mochila al hombro, madre e hijo se dirigieron a la puerta de salida de su hogar.

-Cuídate -sonrió y besó su frente-, me lo devuelves mañana a más tardar para el almuerzo ¿Entendido? -le sonrió a Jungkook también y cerró la puerta dejando a los dos menores por su cuenta.

-¿Voy a alojar en tu casa? -frunció el ceño cuando vio a su amigo alzarse de hombros.

-Ya, no me mires así, sólo sube al auto -señaló un taxi, Jimin frunció más el ceño.

-¿Para qué un auto? Vives allá, en esa casa que está a tres casas de la mía -apuntó una casa blanca de dos pisos, Jungkook rodó los ojos y comenzó a empujar a Jimin hacia el taxi.

-Sólo sube, idiota -abrió la puerta y metió a Jimin luego de un poco de forcejeo-. Me gané una consola nueva por esto así que disfrútalo -sonrió con malicia antes de cerrar la puerta en la cara de Jimin- ¡Andele hyung! ¡Antes de que abra y salga corriendo! -le gritó al taxista al ver que Jimin estaba dispuesto a salir y golpearlo. El señor que conducía el taxi asintió y aceleró antes de que Jimin lograse abrir la puerta.

-¡Esto es un secuestro! -alegó Jimin al verse obligado a estar ahí, con todo su rostro arrugado y los brazos cruzados- ¿Cuánto le pagaron a usted? -bufó dirigiéndose al taxista.

-Me regalaron este taxi -sonrió satisfecho, deteniéndose frente a una señalética y avanzando luego de cerciorarse que ningún vehículo ni transeúnte pasara por la calle, Jimin rodó los ojos y observó por la ventana.

-Bien, ya llegamos, bájese joven -Jimin asintió y suspiró, bajó con su mochila al hombro y tocó el timbre de la gran casa que tenía al frente con molestia.

Su profesor apareció con una sonrisa y lo invitó a pasar- Lléveme a mi casa, hyung. No estoy de humor con usted -la sonrisa de Hoseok desapareció y abrazó al menor con delicadeza.

-No estés molesto, Jiminie... me duele que me mires así -besó su hombro y comenzó a caminar hacia atrás llevando consigo al menor, hasta estar ambos dentro de la casa de Hoseok.

-Primero soy un mocoso y después, manda a secuestrarme, ¡sobornando a mi mejor amigo! -gruñó separándose del mayor y tirando su mochila al suelo, caminando hasta uno de los sofás para lanzarse ahí.

-Vamos, bebé. Si me arriesgo a perder mi trabajo e incluso, a irme preso por ti, es por algo ¿no? -hablaba mientras caminaba hacia Jimin, se hincó en el suelo junto a él y le besó la mejilla.

-¿Por qué? -preguntó con un morro en los labios, intentando no mirar el rostro ajeno.

-Porque me encantas, Jiminie -sonrió al ver el sonrojo en sus mejillas regordetas.