🍁3.

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Alison POV

Las mañanas siempre eran algo complicadas, al menos yo lo veía de esa manera, pero aquella mañana parecía aún más complicada que de costumbre y la razón principal era que no sabía cómo dirigirme a Liz.

La noche anterior le había pedido que lo intentáramos una vez más, pero no me había dado una respuesta tan solo dejo un beso en mi mejilla y subió a la habitación sin decir una sola palabra.

Sabía perfectamente la lucha interna que tenía, aquel bebé parecía ser el inicio de una batalla demasiado dura para ambas, pero estaba más que dispuesta a dar todo de mi para que las cosas funcionaran.

Perdida en mis pensamientos escuche a Liz entrar a la cocina, llevaba una sudadera color gris bastante ancha, su cabello recogido en una coleta y unos pantalones sencillos. Hace mucho tiempo que no la veía tan al natural, normalmente siempre bajaba a desayunar ya lista con el uniforme de su trabajo.

― Buenos días ― dije rápidamente

― Buen día ― asintió sin mirarme y se acercó a tomar una taza ― ¿Qué estas preparando?

― Oh bueno pensaba en hacer un poco de huevos con tocino ― le decía mostrándole.

― Ah ― puso mala cara y salió corriendo.

De inmediato corrí tras de ella y lo comprendí, entre al baño lentamente y la observé arrodillada en el suelo.

― ¿Estas bien? ― me acerque a ella retirando un par de mechones de su cabello

― No pensé que las náuseas en la mañana fueran tan reales ― decía bastante afectada

― Pues si son reales ― sonreí, se veía hermosa. De acuerdo no era el momento más romántico del mundo, tampoco el lugar ni la situación, pero demonios si yo vomito mi aspecto es terrible sin embargo Liz se veía bien, de hecho, hermosa.

― No me mires así ― murmuro levantándose ― odio que me mires así

― ¿Así como? ― preguntaba ayudándola a llegar hacia el lavamanos

― Así como si fuera hermosa, no me mires así cuando acabo de vomitar ― murmuraba mientras se lavaba la boca

― Pero eres hermosa ― susurre acercándome a ella.

Podía ver el reflejo de ambas en el espejo y volví a sonreír. El amor está demasiado sobrevalorado o bueno eso es lo que siempre pensé, odiaba ver a parejas disfrutar de aquel sentimiento mientras yo seguía soltera y aterrada de amar a alguien, pero aquello cambio radicalmente al conocer a Liz y si puedo decir que fue amor a primera vista y que todas esas cursilerías que dicen los libros sobre el amor eran reales, al menos yo o había vivido a su lado.

Me sentía torpe, nerviosa y bastante idiota cuando trataba de hablarle, incluso ahora y siendo mi esposa sigo sintiendo nervios cuando me mira fijamente, sigo emocionándome cuando me sonríe y quizás había olvidado demostrarle que, a pesar de los años, de los problemas y de todo, la amaba aún más que el primer día.

― Alison ― dijo sonriendo y juro por dios que mi corazón latió más de prisa.

― Liz ― le sonreí colocándome detrás de ella y dejando mis manos sobre sus caderas, a pesar de que quería mantener la mirada en el suelo no pudo evitar mirarme a través del espejo ― estas embarazada ― susurré

Ella simplemente asintió y deje un beso en su mejilla mientras movía mis manos de su cadera hasta su vientre.

― Te amo ― le dije convencida mientras ella colocaba sus manos sobre las mías.

Hojas de OtoñoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora