Yo Soy Nadie

Cap. 1 ~ Vecinos nuevos

Nadie se acercaba a mi, cosa que estaba muy agradecida. No necesito a gente a mi lado, desde siempre he sido muy solitaria. Miro a mi alrededor y sólo veo a chicos repipis que miran, señalan y murmuran cosas sobre mi como si supieran si quiera quién soy yo.

¿Y qué? No me importa que comenten, qué digan, qué rumoreen. Solo me importa una cosa: yo. Tampoco es que confiar en mi misma sea una buena elección, muchas veces el peor enemigo de uno mismo es... uno mismo. Pero ese no es mi caso, sembré orgullo en mi y ahora empieza a florecer, todo el orgullo del que carecía en un pasado, se suma a mi presente.

¿Quién soy? Nadie, ¿dónde voy? A ningún sitio, ¿de dónde vengo? Ni idea... no, espera... vengo de la barriga de mi madre, eso es seguro.

Odio que me pregunten, que quieran saber de mi, ¿para qué quieren saberlo? No van a ganar nada, y mucho menos si lo inventan. He escuchado barbaridades sobre mi, obviamente todas falsas.

Odio que me abracen, que me besen o que digan que me quieren, definitivamente lo odio. Por suerte, aquí, nadie hace nada de eso conmigo, cosa que agradezco, nuevamente. Podría decirse que no tengo familia, hace mucho que no sé sobre mi padre y la familia de este, y mi madre... nunca la pude conocer ya que murió en mi parto.

Me he acostumbrado a esta vida, a sacarme las castañas del fuego yo sola, a amarme por mi sola y a acompañarme por mi misma.

Es hora de comer, al fin.

Me senté sola en el comedor del instituto, como habitualmente hacía, ya con la bandeja en mis manos y la dejé en la mesa.

Empecé a comer la especie de comida de tenía en la bandeja, sumida en mis pensamientos hasta que una chica rubia, bajita y de tez blanca se me acercó.

Demasiado raro.

—Hola. —Me saludó la chica tímidamente.

—Hola... ¿se te ofrece algo?

—Eh, esto... ¿puedo sentarme contigo?

¿Sentarse conmigo? ¿iba enserio? Hace millones de años luz que nadie se sienta a mi lado para comer aquí. La verdad es que no pude negarme, la chica me recordaba a mi "yo" del pasado.

—Claro que puedes.

—Gracias. —Me sonrió timida, a lo que yo le devolví la sonrisa, aunque más que una sonrisa me pareció una mueca, ¿cuando fue la última vez que sonreí? —Soy nueva en el instituto.

Ahora lo entendía todo.

—Nueva, eh...

La chica asintió con la cabeza.

—Empecé las clases ayer. Al parecer a mi hermano no le fue tan mal como a mi el relacionarse con la gente. Ayer estuve comiendo aquí con ni hermano, pero sus amigos no me agradan.

Hizo una mueca de disgusto.

—Si quieres hacer amigas estás con la chica equivocada.

—¿Por qué?

Reí obvia.

—¿Ves el montón de personas que tengo a mi lado?

Claramente, la chica no podía verlas, ya que no había.

—Bueno... no creo que eso haga falta... ¿no?

—Si quieres empezar con buen pie, más te vale andar lejos de mi.

Tras decir esto, me levanté del sitio y me dirigí a la salida, pero una mano me lo impidió.

—Espera. —Era la misma chica. —Mi nombre es Alexa, Alexa Murray. ¿Cuál es el tuyo?