Navidad.

310 25 5
                                    

Copos de nieve cayendo sobre las calles de Japón. Miles de luces brillando en la noche. Personas conversando y riendo junto a sus seres queridos.
Estas cosas sólo sucedían en una fecha especial, navidad.

Mientras tanto, la familia de Hiyori se encontraba abriendo los regalos de navidad.

-Oh abuela, es hermoso.- Comento cierta chica de cabello castaño, mientras alzaba un dije plateado.- Muchas gracias.

-No hay de que cariño. Sabes, ese dije es muy especial.

-¿Especial?

-Tu abuelo me lo dio justo el día de nuestra boda. Fue un momento muy hermoso.

-Yo... Abuela, es algo muy importante. ¿De verdad esta bien...?

-Cariño, esta bien. Ya eres una jovencita y estoy segura de que ya conoces a un chico especial ¿O me equivoco?

Hiyori reacciono con un gran sonrojo.

-B-bu-bueno... Yo...

-Por tu reacción parece que si.- Le dice su abuela con una pequeña risa.

-¿¡Hiyori!? ¿¡Eso es cierto!?.-Dijo su mamá muy alterada.

-Tranquila cariño...-Intento tranquilizarla su esposo.

-Mamá no es lo que piensas... Bueno tal vez... ¡O no! Yo...

-Hiyori.- Le dice su abuela con una sonrisa.- La razón de que te de este regalo es porque se que en un futuro te casarás con un hombre que amarás con todo tu corazón. Y quiero que lleves este dije como símbolo de buena suerte.

La chica dirigió la vista a la pieza de joyería.- Abuela, gracias. Lo cuidaré mucho.

Mientras tanto en la casa de Kofuku.

-¡Yato! Deja de beber, pareces un Dios alcohólico.

-Dejame Yukine. Esta es mi razón de vivir.

-Ya no serías un Dios de la Calamidad, más bien el Dios de la bebida.

-Cállense. Tranquila, ellos no nos comprenden.- Le dijo el Dios acariciando la lata de cerveza que estaba sosteniendo.

-Realmente estás loco...- Dijo Daikoku mientras Kofuku reía.

-Por cierto. ¿Va a venir Hiyori? Ya es tarde.- Le pregunta el Shinki a su maestro.

-Ah... Si, ella dijo que vendría tarde. Ahora está con su familia.

-Eso espero. No sería navidad sin Hiyori.

Yato lo único que hizo fue ver hacia la puerta.

-Hiyori...-Dijo susurrando.

De la nada, la puerta se abre dejando ver a cierta chica de cabello castaño y ojos violeta.

-¡Hola a todos!.-Dijo Hiyori en su forma ayakashi.

-¡Hiyoriiin!.- Grita Kofuku lanzándose hacia ella.

-Ya ibamos a empezar sin ti.-Le dice levantándose el shinki de la Diosa.

-Lo siento, no me había dado cuenta de la hora.

-Que bueno que llegaste.- Dijo Yukine.

Ella sonrió y después dirigió la vista hacia cierto chico recargado en la mesa.

-Me alegro de que estes aquí.- Le dijo.

-También yo.

Ambos estaban sonrojados, pero seguían sin dejar de verse a los ojos con cierta ternura.

¿Qué clase de sentimientos son estos? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora