Epílogo.

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El primer amor tiene una sola particularidad que lo hace diferente a los demás...

Es el primero.

Cuando te enamoras por primera vez te arriesgas a pisar un nuevo terreno, lleno de sensaciones que nunca imaginaste posibles.

Aunque el primero no es el único, te marca para siempre.

Will lo aprendió, aprendió lo que ningún adolescente cree posible.

Te volverás a enamorar, una y otra vez, y volverás a llorar, una y otra vez, pero a pesar del dolor, vale la pena amar.

—¡Papá mira!— Liam interrumpió los pensamientos de su progenitor—. ¡Estamos llegando a New Jersey!.

Ethan le enseñaba los lugares de la ciudad a través de la ventana con una sonrisa entusiasta.

—De vuelta en casa— susurró Molly con una media sonrisa nostálgica.

—Así es— concordó el padre.

El Jeep se estacionó finalmente afuera de una casa roja de tamaño mediano.

Liam se adelantó a tocar el timbre mientras los mayores bajaban los bolsos de la cajuela.

De la casa salió una mujer de cabello castaño y ojos chocolate. Llevaba falda larga y sonreía.

—¡Hola Mamá!— la saludaron Ethan y Molly a la vez, y los tres se abrazaron mientras su padre y Liam los miraban desde atrás.

—Gracias por traerlos— ella le dijo al padre.

Este sonrió.

—Lo pasamos genial, Hannah.

Liam sonrió y saltó a los brazos de Molly.

—Los voy a extrañar— afirmó el pequeño, con rastros de lágrimas en sus ojos.

Los tres hermanos se abrazaron con fuerza.

—Y nosotros a ti, pequeño Liam— respondió Ethan.

La mujer, Hannah, sonrió, mientras que el padre le guiñaba un ojo.

—Es hora de irnos, Liam— dijo el padre.

Los hermanos mayores abrazaron a su padre.

—Fueron las mejores vacaciones— dijo Molly.

—Hay que repetirlo— rió Ethan.

Mientras Liam y su padre se marchaban el pequeño se volteó hacia sus hermanos.

—Ya nos veremos, hermanitos— se despidió el pequeño.

Ethan y Molly se miraron divertidos.

—¡Ya nos veremos, Liam!— exclamaron al unísono, para luego reír.

El aludido y su padre subieron al Jeep, y entonces Hannah, su madre, enarcó una ceja.

—¿Ya nos veremos?.

Los hermanos se dedicaron una mirada cómplice.

—Es una larga historia.

                          .....

El Jeep llegó finalmente a las afueras de New York cerca del anochecer.

Paró frente a una de las casas campestres de la zona y Liam bajó corriendo.

—¡Mamá!— la llamó gritando, como todo niño pequeño entusiasmado.

De la casa no tardó en salir una mujer de cabello rubio sujeto en dos trenzas, ojos azul frío y labios rosados.

Liam saltó a sus brazos y ella le sacudió el cabello.

—¿Cómo te lo has pasado?— le preguntó a su hijo.

—Muy bien mamá, ¡a sido fantástico!— exclamó entusiasmado.

Ella rió.

—Ya veo que si...

Los ojos verdes del padre chocaron entonces con los de ella.

—Gracias por cuidarlo, Wil— le dijo ella.

El sonrió nostálgico.

—Adiós, Lisa.

Subió al Jeep y sin más se marchó por la carretera dejando tras el solo polvo.

—Ya nos veremos— susurró la mujer para si misma, entrando en la casa con su hijo en los brazos.

****

Gracias a ti...Si, a ti que estás leyendo esto tras la pantalla de tu celular, tablet o computadora. Gracias por leer la historia de Will y Lisa, gracias por haber compartido éstos momentos y espero de todo corazón que lo hayas disfrutado tanto como yo disfrute escribirlo.

Pero recuerden, este solo es el principio, el principio de nuestra historia...

Kitsune O'brian~

Nuestro ayer: "El primer amor"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora