Cuando la bóveda fue abierta, Derek Hale solo esperaba encontrar a los betas que por tanto tiempo había estado buscando, no esperaba que en medio de aquella oscuridad, un fragmento oculto de su pasado volviera a su vida.
Su hija, Beverly Smoak.
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Scott McCall se sentía con energía, estaba listo para empezar un nuevo año escolar dejando atrás los problemas que lo habían orillado a distraerse de sus obligaciones en la escuela mese atrás. Respiro con fuerza mientras terminaba de apreciar su motocicleta nueva. Se había empeñado todo el verano en reunir lo suficiente para poder comprársela, aunque su madre no se sintiera muy segura de que anduviera por ahí con ese objeto del demonio como lo denominaba ella.
Al terminar de apreciarla, recorrió la mirada por el campus admirando el panorama terminando en unas motocicletas lujosas a su lado. Por un momento se sintió mal, aquellas lo superaban en muchos aspectos. Sin embargo, su apreciación se terminó cuando escucho el rugir del motor de otra motocicleta que acabo orillándose junto a él.
Espero a que la persona que la conducía bajara y se quitara el casco para preguntarle que tal era, ya que esa si superaba todas sus expectativas. Estaban mejor que las que anteriores y esta era una de las opciones que habría tenido de no ser porque era bastante costosa.
Su sorpresa fue grande, una chica se quito el casco para luego acomodar su cabello negro ya que se había desordenado algo. De perfil podría apreciar la belleza de joven y se sintió intimidado ya que llevaba mucho tiempo observándola.
- En algunos países mantener la vista fija por tanto tiempo en una persona, se podría considerar como acoso.
Coloco el casco sobre el tanque de la gasolina y giro su rostro para poder verlo directo a los ojos. De nuevo, no había podido evitar sentirse intimidado, los ojos verdes de la chica lo congelaron por unos segundos hasta que al final se había obligado a reaccionar.
- Lo siento -hablo balbuceante.
Decidió bajarse de su motocicleta, por alguna razón el tener la vista fija de la chica sobre él hacia que no pudiera si quiera ni levantar la mirada del suelo cuando se terció la mochila al hombro.
- Lo siento -repitió por ultima vez, sin verla a la cara y se fue.
Beverly esbozo una sonrisa de maldad mientras veía como el chico se perdía en la multitud.
Esa había sido la primera interacción que habían tenido Scott McCall y Beverly Smoak. Ninguno de los dos sabia la historia del otro, ni las razones que los habían llevado a hacer lo que hicieron y ninguno de los dos contaba con lo que pasaría en sus vidas después de ese primer encuentro que había ocurrido.
Ahora, lo único que ocupaba la cabeza de Scott era ayudar a encontrar a Erica y a Boyd antes de la luna llena. Según lo que sabía, que era lo que Derek y Isaac le habían contado; era que una manada de Alfas los tenían encerrados y hasta hace minutos pudieron dar con la ubicación gracias a los recuerdos de Isaac. Sin embargo, no esperaban el comentario que había hecho el ojiazul cuando estaba saliendo de su estado de trance.
