❤🎨Colores del mar🎨❤

#19 Usando ropa formal

Notas: Ningún personaje me pertenece, todos son obra de Rick Riordan.

Advertencia: Pareja heterosexual. Perachel.

Respondiendo al OTP Challenge~

-Usando ropa formal-

Odiaba las corbatas.

La última vez que usó una... Bueno, ni siquiera lo recordaba, pero eso solo lo ayudaba a creer que el evento fue tan traumático que lo borró de su mente, como ansiaba hacer con el de ahora.

Lo único rescatable de hoy era descubrir que su ardillita lucía realmente hermosa en vestidos de gala, aunque a su preferencia le quedaban mejor sus jeans rotos y camisas con pintura.

Esa sí era su Rachel, no la muñequita pintada que su padre tanto exigía; y que al parecer, solo buscaba fastidiarlo a él de paso volviéndolo como un pingüino de pastel de bodas.

¿Qué tan difícil sería hundir su feo yate? Dudas que nunca lo dejaban dormir.

_¿Por qué debo vestir así? -Lloriqueó, dejándose ajustar esa prenda infernal.

La pelirroja rió un poco, aunque su mirada delataba que estaba tan incómoda como él en todo esto.

_Lo siento, solo seran un par de horas ¿Sí? -Suplicó, apenas tolerando el ajuste del vestido que cargaba y sosteniéndose de los hombros ajenos para no caer.- Te prometo que apenas termine, te lo compensaré con todo el refresco azul que desees.

La pitonisa odiaba tanto los tacones.

Maldecía a su padre por obligarlos a participar en una de sus tantas reuniones de 'alta sociedad', aunque el trato al que llegaron era muy bueno.

Solo debía sobrevivir a esto y tendrían el resto del mes solo para ambos. Sin responsabilidades ni eventos trajeado ni suegro molesto.

Solo Percy y Rachel, como debía ser.

_A veces creo que tu padre hace esto solo para espantarme -Murmuró, rodeando la cintura ajena con cierta timidez- Pero pierde su tiempo. Enfrenté titanes lunáticos y demas monstruos raros, no me alejaré de mi ardillita solo por una cena llena de gente aburrida y ropa incómoda.

_Es justo lo que esperaba oír de mi foquita salvadora del Olimpo~ -Canturreó, besando la mejilla ajena hasta enrojecerla junto al resto del rostro de su amado.

Su noviazgo era lo mejor que les había pasado en la vida; lo más cercano a la vida normal que tanto el hijo de Poseidon y la oráculo deseaban.

No existía obstáculo que los separara.