Capítulo 5

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Las semanas pasaban como una rutina. De casa al instituto y del instituto a casa. El verano se acercaba. Un día hacia frío y al otro hacía calor. A Harry lo veía de lejos, o le pareció verlo a través de las rejas del instituto.

A la tercera semana, Zayn se despertó como todo los días. Esa noche no había llorado y se sentía más ligero que nunca. Hacía calor, así que decidió ponerse una camiseta azul de manga corta. Se miró al espejo e hizo una mueca. Siempre había sido delgado y nunca le había importado, pero ya casi a sus dieciséis años, quería un cambio. Quería tener algo de músculo, o simplemente estar un poco más gordo.

—Por Dios, ¿cómo he adelgazado tanto? ―dijo al espejo. No le extrañaba que no ligara para nada y, sobre todo, no le extrañaba que Harry lo mirara con desprecio.

Moviendo su cabeza de un lado a otro, alejó a Harry de su mente. Se vistió, preparó el desayuno, le dio un beso a su madre y salió a la calle. Cuando iba por la mitad del parque una corriente de aire frio le hizo temblar, un silbido a su derecha lo paró en seco. Reconocería ese silbido hasta con los ojos cerrados. Con un suspiro, se giró y vio a un Harry bien abrigado dirigiéndose hacia él. Venia fumando algo que no reconoció al principio, pero el olor le sorprendió. Era marihuana. Lo miró incrédulo, pero no dijo nada. ¿Qué le diría? Pues nada. No le concernía, ¿no?

—¡Hey, Zayn! Cuánto tiempo, ¿cómo estás? Ya me dijo tu hermano que estas encarcelado, siempre he pensado que tu madre es demasiado estricta ―dijo con una sonrisa radiante. Harry le dio una calada al porro y lo tiró. Zayn sólo se encogió de hombros, quitándole importancia. Harry sacó su mano derecha y se remangó la chaqueta, y una esclava brilló—. Gracias, Zayn. No he podido darte las gracias todavía ―dijo avergonzado— ¡Oh, tío! El álbum de Bob es genial. Gracias ―se acercó hacia él para abrazarlo, pero Zayn dio un paso hacia atrás. Harry lo miró desconcertado.

—Ven, Zayn, que te dé un abrazo. Te eché de menos ―dijo arrinconándolo contra un enorme árbol.

Zayn no podía hacer nada, así que sólo se dejó abrazar por el chico más grande que él. El abrazo duró más de lo normal y el calor y el olor a sándalo de Harry se filtró hasta sus huesos. Zayn se estremeció y todos los pelos de su cuerpo se pusieron de punta. Harry se retiró, pero sin soltarlo, lo miró a los ojos—. ¿Tienes frio? ―preguntó retirándose y quitándose su chaqueta deportiva y se la puso. Zayn se dejó hacer y le sonrió —¿Qué pasa, te mordió la lengua el gato o estas dormido todavía? ―dijo con humor Harry.

—No, sólo estoy medio dormido. ―Zayn rio, hacía más de tres semanas que no se reía con humor—. Gracias, Harry. Te la devolveré ―dijo tímidamente.

—Vale. Mira, me quedé sin curro y bueno, siempre estoy en casa. Si te puedes escapar te espero allí. Bueno, me voy ―dijo alejándose y agitando su mano en el aire.

Zayn se fue hacia su instituto, por primera vez en semanas, sonriendo y ligero como si le hubieran quitado una tonelada de peso de sus hombros. La mañana pasó rápido entre exámenes y cambios de clases. La tarde llegó y no vio oportunidad de hacer pellas. Se dijo a sí mismo que a lo mejor otro día.

Regresó a su casa y su madre y su hermano lo esperaban en el salón. Dejó su mochila en la entrada y se quitó la chaqueta, que olía tan bien al aroma de Harry. Cuando entró, besó a su madre y notó que el ambiente estaba cargado, su hermano lo miraba sin expresión y su madre también. Se dejó caer en el sofá pesadamente y se enfrentó a los dos.

—Venga, soltadlo, ¿qué pasa? ―dijo Zayn curioso.

—Mira, hijo. Esto no es fácil, pero ―comenzó su madre, dio un suspiro profundo y empezó a retorcerse las manos en su regazo y lo volvió a mirar— hemos escuchado rumores y bueno, tu padre también lo ha visto con sus propios ojos. Ya sabes que papá conoce a todo el mundo ¿no?

—Sí, mamá, ¿qué rumores? Me estás poniendo nervioso ¿es sobre mí? Te juro que no he hecho nada ―dijo Zayn sin aliento.

—No, no hijo. Cielo, no es de ti. Es de Harry, él... Él se droga y bueno… ―Zayn no dejó terminar a su madre.

—¿Cómo que se droga? ¿Quién dice eso? ¿Por un porro? Venga mamá, eso lo hace todo el mundo ―gritó Zayn.

—No le grites a mamá, es difícil para ella y para mí. Además, enano. Lo que quiere decir mamá es que ya no es un buen muchacho. Es un delincuente que se mete drogas duras, no un simple porro. ¿Y sabes que se quedó sin curro por robar? ¡Joder! No me lo puedo creer de Harry. No me lo esperaba, pero no queremos verte con él, te es prohibido ―rugió Tarik.

Zayn no contestó, solamente sabía parpadear y mirarlos incrédulo. Esto era una puta pesadilla.

—A ver que me centre, ¿me estáis diciendo que de la noche a la mañana Harry es un puto delincuente drogata? ¿Es eso?

—Sí, básicamente ―dijo su madre.

—¿Cómo que básicamente? ―arrastró las palabras Zayn.

—Mira enano, esto hace tiempo que lo veíamos, pero ya no podemos hacer nada. Lo he intentado, pero ese tío no escucha, está lleno de ira y enfermo. Así que nada de verte con él, sólo olvídalo ―dijo su hermano con pesar en su voz. Se levantó y se fue hacia la cocina, Zayn estaba allí procesando todo, no podía creer nada de esto.

—Mama, qué no me dicen de Harry ―dijo con dolor Zayn.

Su madre le cogió su mano y la apretó dándole consuelo.

—Mira hijo, sabe Dios que siempre lo he tratado como un hijo, pero hace un tiempo atrás empezó a ir por mal camino. Lo hemos intentado todo, pero cada vez es peor ―suspiró su madre.

—Déjamelo a mí, a lo mejor a mí me escucha…

—¡No! No quiero que te mezcles con él, es bastante mayorcito. Él eligió ese camino de maldad. Allá él. No quiero que ningún hijo mío se manche con eso... ―La ira recorrió a Zayn. Se levantó rápidamente, tirando a su madre al suelo con el movimiento y la señaló con el dedo.

—No me lo puedo creer. Así, sin más. Dejarlo solo que se estropee. Claro, a ti no te importa una mierda ―dijo Zayn levantando las manos al aire, agitándolas. Tenía tanta rabia que no sabía manejarla. Él siempre había sido un chico feliz y soñador, no sabía lo que era la ira, la rabia. Pero ahora solo quería remeter contra su familia—. Joder, sois de lo peor. Si, tú, madre y mi jodido hermano sois unos putos cobardes. ―En un segundo estaba de pie y al otro estaba tumbado en el sofá en un mal ángulo, sacudió la cabeza y un dolor horrible se filtró en su mejilla y labio, se tocó con dedos temblorosos y se los miró, había sangre en ellos.

Con una mueca se enderezó y miró con ira a su hermano, su único hermano, que estaba parado erguido en su metro ochenta y cinco mirándolo con dolor y todo rojo. Su madre lloraba en el suelo. Zayn se levantó, escupió a los pies de su hermano y sin decir nada se fue hacia su habitación. Cerró de golpe la puerta y se desplomó en la cama. Esa noche no salió ni cenó.

Por la mañana se levantó temprano, fue silenciosamente al cuarto de baño y se lavó la cara, haciendo una mueca de dolor, tenía el pómulo amoratado y el labio partido en el lado izquierdo. Ese día no tenía exámenes, así que se metería en la cama y no se movería de ahí.

Más tarde en la mañana, su abuela vino a verlo le dio algo de comer, lo abrazó y besó, pero no se dijeron nada. Zayn se lo agradeció. Siempre había amado mucho a su abuela, ella siempre sabía lo que necesitaba. Le dio un beso y se marchó, dejándolo solo con sus pensamientos, o más bien con el remolino de ellos.

En algún momento se durmió y cuando despertó, resulto ser las seis de la mañana del día siguiente.

Only When I Sleep (Adaptación) (Zarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora