Laberinto

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Ya cayendo la noche, estando en el pequeño campamento con Ana, decidimos entrar a explorar el laberinto y mientras caminábamos sentimos unos crujidos en las paredes, para ser sinceros era un sonido desgarrador seguíamos caminando y yo veo unas marcas en una de las paredes era un rasguño de alguna cosa que estuviera dentro, sin detenernos en una intersección sentimos unos gritos desgarradores de alguien siendo mutilado vivo, yo le digo a Ana,-Iré a ver tu cúbreme-, Ella se asusta y me dice,-¡Jamas, iré contigo!-

Tomo su mano y avanzo sigilosamente, para evitar alarmar a alguien u algo que este por este sector e investigar con calma, ahí es cuando siento una brisa calurosa sobre mi, me congele y aguante la respiración y moví la cabeza lentamente hacia arriba.

Era un monstruo inexplicable, era enorme con brazos del grosor de un árbol de 100 años y de un horrible aspecto, levanto apresuradamente a Ana y nos largamos a correr, primero doblamos a la derecha luego a la izquierda y después corrimos un rato derecho hasta que logramos perder al horrible monstruo.

Después de ese escape Ana oye unos gritos no muy lejos de una mujer, así que fuimos rumbo hacia los gritos.

El LaberintoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora