Prólogo

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-¡John John vamos despierta!-, era mi madre luchando para que me levantara de la cama para ir al mercado hoy, mientras me levantaba de mi cama sentí el frío golpearme la espalda por la ventana que había en mi habitación, luego de levantarme me visto y me dirijo al comedor que estaba cerca de la entrada en el primer piso y me siento en la mesa, al sentarme mi madre me deja lo de siempre unos huevos revueltos con jamón pan y jugo.

Después de tomarme el desayuno me dirijo a la entrada y me preparo para salir, mi madre en la entrada me entrega un bolsón café de piel de ciervo que ella misma hizo hace unos años y me dice,-John ya sabes que traer ve-, Yo asiento con la cabeza y me dirijo al garaje para sacar la moto para ir al pueblo más cercano que está a unos 30 minutos en moto, aproximadamente por la mitad del camino me encuentro con un viajero encapuchado que me enseña un bolsón con un colgante y me dice,-Úsalo sabiamente, en el momento adecuado-, yo dudoso tomo el bolsón y vuelvo a tomar rumbo hacia el pueblo, ya en el pueblo me dirijo donde Laura Bonillo una señora de aproximadamente unos 50 años, nunca le he preguntado su edad por temor a ofender, al entrar a la panadería me saluda,-¡Hola John!, ¿Lo de siempre?-, yo después de saludarla asiento con la cabeza.

Luego de comprar todo donde Laura me dirijo donde Christopher el mecánico del pueblo a saludar como de costumbre, al llegar a su taller lo veo bajo el chasis de un Pontiac Gto de 1970, yo al verlo bajo el chasis en voz alta digo,-¡¿Hay alguien aquí?!-, Sabiendo que el se encontraba bajo el auto, luego del grito él se asusta y se golpea la cabeza con la rueda trasera izquierda, se levanta enfurecido preguntado quién fue el que grito, al verme se tranquiliza y me saluda, luego de una pequeña conversación me despido educadamente y me dirijo a mi casa.

De camino a mi casa veo la hora y ya eran casi las 4pm y todavía no llegaba a casa, estando a unos 5 minutos con la calle despejada veo que la moto se está quedando sin combustible, por suerte no me gaste todo el dinero que mi madre me había pasado para las compras de hoy, así que pase a una gasolinera que estaba en la esquina antes de entrar a mi condominio y le cargo todo lo que me quedaba en dinero que eran unos 4mil rubíes con eso me alcanzó para llenarla hasta la mitad, con eso llegaba a mi casa sobradamente.

Ya en mi casa le entrego las compras a mi madre para que haga él almuerzo para dos días mientras yo pongo la mesa para hoy, después de almorzar veo la hora eran casi las 6pm, así que me levanto y salgo a dar una vuelta por el sector para relajarme un rato antes de dormir, al salir me voy por un sendero conocido y llego a un lago cubierto de árboles enormes y me siento sobre un árbol tranquilamente a tomar un respiro.

El LaberintoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora