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-¡Alicia!- Gritó su madre desde la puerta- ¡Ven rápido Hugo te busca!.

En cuanto Alicia escuchó su nombre empezó a hiperventilar, sentía el corazón desbocado en su pecho pero aun así se dirigió a la puerta disimulando las miles batallas que se libraban dentro de ella.

-Em, hola Hugo-

-Vaya Ali, tú no has cambiado nada-

"Y tú sólo mejoraste esa tableta de chocolate  y esos apetecibles músculos baby" Pensó.

-Em, tú tampoco-

-¿Acaso no me vas a permitir el paso?- Dijo Hugo un poco divertido.

Sólo hasta ese momento Alicia cayó en cuenta de que su madre se había marchado y ella se encontraba entre la puerta y el marco de ésta.

-¡Oh! Claro, pasa- Comentó una Alicia un tanto aturdida y nerviosa.

Le permitió el paso a su casa tal cual como se lo permitió a su corazón: De forma aturdida.

Hugo entró al cuarto de Alicia (Como era costumbre antes) y ella lo siguió, nadie habló y nadie sonrió, sólo estaban en un silencio que decía muchas cosas, pero no lo más importante.

Ninguno sabía que lo que sucedería a continuación cambiaría sus vidas por siempre.

Querido EstúpidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora