*20*

9 2 1
                                    

Tic. Toc.
Tic. Toc.
Cada vez el sonido del reloj se hacía más lejano, o era el simple hecho de que mientras leía los papeles me iba desconectando poco a poco de lo que me rodeaba.

¡No lo podía creer!

Esto era como un sueño, por no decir pesadilla.
Tan sólo llevaba 2 papeles y no quería leer más, pues sabía la carga a la que me estaba enfrentando. Pasé entre mis manos rápidamente todos y cada una de las notas, todas comenzaban igual "Querido Estúpido".

De repente una mano me las arrebató de forma agresiva y me di la vuelta para enfrentarme a lo que me esperaba.

-¿Qué rayos crees que hacías Hugo?- Me gritó una enojada Ali.

-Yo. Eh. Bueno. Este.- Y cómo no, justo en ese momento no pude pronunciar una frase coherente.

-¿Cómo se te ocurre revisar las cosas de los demás sin su permiso?- A este punto, creo que su ira era muy notoria (Si obviamos el hecho de que estaba muy roja).

-Yo, este, pensé que habíamos recuperado nuestra amistad- Al fin puedo pronunciar.

-Claro que la estábamos intentando recuperar- Dice un poco más calmada pero igual de roja.

-¡Pues se supone que los amigos no se guarda secretos!- Era mi momento de estallar.

Ali rompió a llorar, cosa que me sorprendió en gran manera. La última vez que había visto a Ali llorar fue cuando tenia 12 años y su periquito fue a parar a las fauces de un gato.

-Sabes Hugo, hay cosas que simplemente no pueden ser contadas. Hay secretos que muchas veces sólo deben ser de quién los porta- Nunca había escuchado a Ali decir algo tan serio. Y no supe cómo reaccionar.

-P-Perdón- Intenté decir, no podía decir nada más.

Por mi mente pasaba una y otra vez lo que había sucedido y lo que había leído.
Y una pregunta hacía eco en ella.

¿Por qué no me lo dijo antes?

Querido EstúpidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora